Ya están al tanto mis lectores de los grandes sucesos a los que nos ha tocado vivir a los españoles en los últimos meses. Pero, cada cual a lo suyo, yo tenía que escoger en el cesto de seres humanos que esperan su turno, a quien había de cerrar el ciclo del verano antes del otoño. Y ha saltado hasta un primer plano el nombre de Francisco Barreda, ‘Frisco’. Y es que, en un acto de los que estoy obligado a asistir alguna que otra vez, me ha llamado la atención de modo especial un cuadro pintado al óleo en el que me ha parecido encontrar un brillo de fulgor muy acusado a la imagen entre montañas de un pequeño y singular pueblo castellano parlante de la provincia, como es Ludiente. La obra está firmada por Frisco. Y para mí, Frisco es un singular ilusionista, un mago que hace magia con la baraja y es capaz de sacarme desde detrás de mi oreja una moneda de un euro, que yo había dejado descansar en un bolsillo. Creía que lo conocía bien, y además me ha tocado presentarlo públicamente en algún que otro acto, escenarios teatrales incluidos. Pero nunca como pintor, siempre como artista prestidigitador, como mago ilusionista. Tampoco como brujo, que es al que se le atribuyen todos los poderes mágicos, generalmente debidos a pactos con el diablo. No, no. No tanto. Pero con perfil muy propio para la página de hoy.

FRANCISQUET D’HONOR // En aquellos finales de los noventa, yo ejercía como asesor y gestor cultural desde el Ayuntamiento. Y desde el 4 de octubre de entonces, que es el día de San Francisco, conservo la fotocopia que se me entregó al asistir como invitado al nombramiento de ‘Francisquet d’Honor’ a Francisco Barreda Trilles en el propio convento de las Monjas Capuchinas, en ese simpático remolino que organizan cada año los vecinos de la calle Núñez de Arce, que son quienes promovieron el nombramiento de Frisco por los méritos contraídos al haber ofrecido de forma gratuita y cariñosa su colaboración en los actos festivos. Y guardo con cariño la fotocopia del diploma ofrecido porque en ella está la firma digamos que ‘oficial y festera’ de la Madre Abadesa del convento, la Hermana María Joaquina Renau. Convento desde el que también y durante muchos años salía un ‘Roquer d’Honor’, con motivo de las celebraciones festeras y religiosas en honor de Sant Roc del Canyaret, tal vez el santo más apreciado por los castellonenses sin ser el patrón como son San Blas y San Cristóbal. En este caso, antes de llegar al convento, la comitiva de celebrantes arrancaba desde la calle Isabel Ferrer, con Mealla, Cervantes y Antonio Maura.

LA VIDA // Hijo de Miguel Barreda Blasco, notable vinatero y Encarnación Trilles Valls, terratenientes, nació Francisco en Vilafamés el 18 de julio de 1933, hermano pequeño de Julia, Miguel y Vicente. Todos vinieron a Castellón en los años de la guerra y aquí comenzaron a ir al colegio. Francisco al Cervantes, en la Ronda, donde llamó tanto la atención su buena maña para el dibujo que a los nueve años ya lo matricularon sus padres en la Escuela de Artes y Oficios, donde, además de perfeccionar sus trazas para el dibujo, mostró también buen tino para el manejo de máquinas herramientas, sobresaliendo como tornero. El aprendizaje de este oficio le permitió entrar a trabajar a los 14 años en los talleres de Mateu y Navarro. Y casi de inmediato, se convirtió en empleado de los talleres de la Hispano de Fuente En-Segures. Y por las tardes o noches, pintaba cuadros. Vio como firmaban sus compañeros y él ya lo hizo abreviando también su nombre, es decir, como Frisco. Así que en 1955, cuando fue llamado a filas, ya hizo el servicio militar en Palma de Mallorca, con oficio y beneficio. Y para más azúcar volvió a Castellón con fotografías vestido de soldado y muchas ganas de hacer cosas. Y en la organización sindical de Educación y Descanso encontró el momento álgido de aquellos grupos de teatro tan populares, que le ayudaron a vivir la vida desde un escenario.

LA MAGIA // El 20 de mayo de 1961 y en la iglesia arciprestal de Santa María, contrajeron matrimonio Francisco Barreda Trilles y la muchacha integrada en Castellón, María Teresa Carbó Moreno. Con el tiempo, han ido naciendo del matrimonio cuatro hijos: Francisco, que se gana la vida en el mundo de la cerámica, Javier y Jesús, que ejercen como profesores de bellas artes y la maestra de escuela, Maite. Con eso, Frisco tuvo que ponerse a trabajar de firme por la familia, antes y después de casarse. Ya hizo unos intentos tanto con Suecia como en Alemania, pero mientras, al tiempo que mostraba sus buenas dotes como mecánico tornero, empezaba a lucirse como ilusionista. Y era capaz de entretener a las gentes con sus profesionales juegos de manos y sus trucos de magia.

Y cuando en 1966, Castellón empezaba a moverse con buen ritmo en el aspecto industrial, la famosa ESSO, después conocida como Petromed y ahora BP Oil, Refinería de Castellón, acogió en 1966 al experto mecánico tornero Francisco Barreda, hasta su jubilación en 1993. Al día siguiente vino a verme al Ayuntamiento.

LOS FESTIVALES // En su visita, nos contó sus dotes y aficiones para los juegos de manos. Ya tenía contactos profesionales, que le habían enseñado y animado. En asociaciones culturales y fiestas particulares, Frisco ya estaba haciéndose un nombre como profesional de la magia. Descendientes del Circo Cortés, los hermanos Cuéllar lo acogieron y por ellos consiguió muchas actuaciones y una experiencia en la profesión de la que siempre se ha valido para ir mejorando, innovando también. En un tiempo, formó con Nino Cuéllar Cortés una pareja de payasos ‘de cara limpia’. Frisco y Nino se hicieron un nombre como pareja de payasos que ganó aplausos.

En el Ayuntamiento ya habíamos creado ‘Castelló, a escena’, ‘Temps de Primavera’, ‘Nadal a Castelló’, ‘A l’estiu tot lo món viu’, ‘Festa al carrer’ y Frisco nos empujó para organizar, con él, una fiesta de magia en el Teatre del Raval. Se acompañaba del buen nombre de Red Richard, es decir, Ricardo Rojo, y Joaquín Durbán, que se anunciaba como el Mago Albertini, entre otros muchos que fueron apareciendo cuando lanzamos el anual ‘Festival de Magia de Castellón’, donde tal vez el que más ha triunfado sea Yunke. Y al crearse por todo ello el llamado Grupo Mágico de Castellón, Francisco Barreda Trilles fue el presidente. H