Para hacer sin parar 3,8 kilómetros nadando, 180 en bicicleta y un maratón (42,195 km) hay que estar hecho de una pasta diferente. Pues bien, Daniel Peris se está preparando para entrar en el reducido número de triatletas que son capaces de poner fin con éxito a la participación en un Ironman, una de las pruebas más complicadas que existe para un deportista en la actualidad.

Este vila-realense de 31 años tiene muy claro que le ha llegado el momento de dar el salto a esta dura competición. Y por eso el próximo 25 de julio se estrenará en Zúrich, donde su primer objetivo es “cruzar la línea de meta. Creo que para la primera vez ya es suficiente”. No obstante, si se encuentra bien está claro que irá a por todas. ¿Por qué no lograr la mínima para la cita de Hawai? Y es que cada año, a principios de octubre, se disputa en la isla estadounidense la que se puede considerar gran final del Ironman.

Daniel Peris solo lleva dos años participando en triatlones y tampoco hace mucho tiempo más que comenzó a hacer deporte en serio. “Fue hace seis años cuando me inicie en el running, pero como la bicicleta también me gusta, me planteé cambiar de disciplina y aquí estoy. Ahora voy a ver cómo sale mi primer Ironman”, matiza el vila-realense.

Para llegar en las mejores condiciones, se entrena entre 15 y 20 horas semanales, además de competir en pruebas como hizo el pasado domingo en Elche. En la localidad alicantina tomó parte en un triatlón de larga distancia, o lo que es lo mismo, medio Ironman (1,9; 90 y 21 kilómetros).

Pero su entrenamiento tampoco no es nada sencillo, ya que debido a su profesión, es comercial y viaja mucho por el extranjero, tiene que sacar tiempo de donde sea. Así, no duda en reconocer que hace “auténticos malabarismos” para mantenerse en forma y “he llegado a salir a entrenarme a 9º bajo cero cuando he estado en algún país del Este”. Su fuerza de voluntad ha obtenido la recompensa deseada. H