El 90% de los 12,1 millones que destinará la Diputación al Plan Castellón 135, un total de casi 11 millones, se destinará a los municipios que cuentan con menos de 20.000 habitantes, de manera que, sin excluir a los más grandes, se prima a los pequeños.

Las bases de la iniciativa, aprobada en primera instancia por unanimidad de todos los grupos políticos con representación en la institución provincial en el pleno del pasado diciembre, recibirán su visto bueno definitivo en la sesión plenaria prevista para mañana, martes, de manera que los ayuntamientos podrán comenzar a solicitar las dotaciones en un breve plazo.

Se trata de una inyección prespuestaria, la más elevada de la historia de la Diputación Provincial para este fin, que se corresponde con lo que antes se denominaba como Planes de Obras y Servicios (POYS) y que este año ha recibido un nuevo nombre, y también un nuevo contenido.

Los cambios afectan, fundamentalmente, a los nuevos criterios de asignación de los fondos a los municipios, entre los que se incluyen los de más de 20.000 habitantes, así como al hecho de que dejan de ser finalistas, es decir, los ayuntamientos podrán decidir en qué invierten el dinero que reciban, bien sea en pagar obras o en costear servicios.

En relación con el Plan Castellón 135, el presidente de la institución provincial, Javier Moliner, ha asegurado que «esta Diputación tiene un compromiso con todos y cada uno de los municipios que componen esta tierra única pero, sobre todo, con aquellos más pequeños, que son su esencia y que, como consecuencia de la escasez de recursos municipales con la que cuentan, más apoyo necesitan para garantizar los mejores servicios y oportunidades a sus vecinos».