Los pueblos de la provincia de Castellón se volcaron ayer con la celebración del Domingo de Ramos. Los fieles salieron a la calle con sus tradicionales palmas y ramos de olivo para recibir la bendición y dar inicio a los actos religiosos de la Semana Santa.

En la ciudad de Castellón, el obispo de la diócesis Segorbe-Castellón, Casimiro López Llorente, fue el encargado de bendecir las palmas que portaban centenares de feligreses que se dieron cita en la Iglesia Arciprestal de Santa María. Así, los fieles castellonenses recrearon de forma simbólica aquellas ramas que portaban los habitantes de Jerusalén para darle la bienvenida a Jesús. Una llegada del Señor a la ciudad de los montes de Judea que era la profecía de su entrada definitiva en el reino eterno.

Un rito lleno de emoción y fervor para los creyentes, en el que los más pequeños son los grandes protagonistas portando bonitas palmas trabajadas, elaboradas en su gran mayoría con palmas procedentes del Palmeral de Elche y elaboradas de forma manual por sus artesanos.

De todos modos, ayer se vieron menos palmas que en años anteriores y los fieles optaron más por los ramos de olivo, ya que son mucho más económicos. Y es que como ya informó Mediterráneo, las floristerías de Castellón han detectado hasta una caída del 50% en la venta de palmas debido a la crisis. Son los abuelos los que conservan viva esta tradición.

LA BORRIQUILLA // En cada municipio se celebra el Domingo de Ramos de un modo especial. Destaca el caso de Vinaròs, donde se conmemora con gran arraigo y devoción. El acto más multitudinario es la procesión de La Borriquilla, en el entorno de la parroquia de Santa Magdalena. Así, se recrea la entrada triunfal de Jesús a lomos de una borrico en Jerusalén ante la atenta y emocionada mirada de sus vecinos. Sin duda, es una de las procesiones más emblemáticas del Domingo de Ramos en la provincia.

La banda de cornetas y tambores de la cofradía Jesús Cautivo se encargó del acompañamiento musical de la procesión. H