Ecologistas, alcaldes de la zona y la Societat d’Amics de la Serra d’Espadà consideran urgente que la Conselleria de Medio Ambiente actúe en este paraje natural para evitar que sea un polvorín cara al verano y prevenir una catástrofe natural como la sucedida el pasado julio, cuando el fuego arrasó 1.600 hectáreas en la zona de Artana, aunque las llamas también afectaron a los términos de Eslida, Tales y Alcudia. El incendio calcinó cerca de 700 hectáreas de terreno protegido. Ante esta situación y el «abandono» que sufre este entorno, como informó ayer Mediterráneo, la directora general de Prevención de Incendios Forestales, Delia Álvarez, anuncia que se van a invertir de urgencia 150.000 euros para la tala de árboles calcinados y el arreglo de caminos.

Esta inyección, que procederá de fondos ministeriales, será paralela a la línea de ayudas y al proyecto de reforestación, valorado en casi 700.000 euros, que aún está pendiente por parte del Gobierno autonómico.

El presidente de la Mancomunidad Espadà-Mijares, Josep Martí, indica que tras el incendio de Artana se prometieron acciones que todavía no se han materializado. En este sentido, reclama una gestión forestal de la zona, tanto del entorno que se quemó como del resto del paraje. La puesta en marcha de las brigadas forestales y la creación de un cinturón de seguridad alrededor de los municipios son dos de las principales reivindicaciones.

CORTAFUEGOS

Por su parte, desde la Societat d’Amics de la Serra d’Espadà, que no son partidarios de reforestar la zona quemada, sí urgen a la Conselleria planes que permitan realizar una gestión forestal correcta y prevenir de este modo nuevos incendios en la zona. Desde el colectivo, su gerente, Carmen Orenga, considera fundamental que desde la administración se pongan en marcha ayudas que permitan volver a cultivar los bancales para de que se conviertan en cortafuegos.

Y es que la mayor parte de terrenos de este parque natural son privados, aunque la administración sí puede acceder a estas fincas y realizar labores si considera que son de necesidad pública.

En este misma línea, se manifestó el portavoz del grupo ecologista Gecen, quien lamentó el recorte en recursos económicos y de personal y abogó por la «necesidad» de recuperar la inversión. «Los mejores cortafuegos son los que se crean con la ganadería y la agricultura», remarcó. La zona que se quemó en verano era antaño de cultivo de olivos y almendros, que se fue abandonando por la falta de rentabilidad.

En este sentido, la responsable autonómica en Prevención de Incendios apuntó que están trabajando en esta línea de potenciar este tipo de cortafuegos, así como en destinar más recursos humanos y económicos. De momento, se van a talar los árboles calcinados y se van a restaurar los caminos para que las brigadas puedan acceder a este entorno.

En cuanto al hecho de que una empresa maderera esté a la espera del permiso autonómico para talar árboles quemados en Artana, Álvarez ha apuntado que la tramitación está acelerada y la autorización es inminente.