Economistas y representantes de instituciones empresariales de Castellón consideran conveniente abrir un debate para adaptar la economía de Castellón a los cambios en el clima, aunque sin adoptar rupturas radicales del actual modelo económico.

Coinciden en que otoños calurosos como este provocan impactos, como apuntaron a Mediterráneo los meteorólogos, y deben ser aprovechados por la hostelería y el turismo. Sin embargo, sí ven más difícil acomodarse a medio plazo, en variaciones en la agricultura; al tiempo que plantean abrir un debate en el comercio, en cuanto a los hábitos de pedidos de la campaña de invierno.

CENTROS DE TRABAJO // El decano del Colegio de Economistas de Castellón, Jaime Querol, opina que “es un poco prematuro un cambio radical del modelo económico por el clima, pues suelen ser ciclos, y es cierto que afectan a las costumbres y a los hábitos sociales”. Señala que “la sociedad se va adaptando y el clima puede llegar a influir en los centros de trabajo, incluso en cuestiones de climatización o uniformes”. En opinión de Querol, “la lectura más positiva es el aprovechamiento de las buenas temperaturas de esta época otoñal para la hostelería. Es una oportunidad para el turismo, aunque es más complicado en agricultura, donde no se puede cambiar de la noche a la mañana la inversión en cítricos”, puntualiza.

En la misma línea, el director comercial de la Cámara de Comercio de Castellón, Joaquín Andrés, valora que “la cuestión del clima sería un punto de debate porque están habiendo cambios, pero no se ha modificado ningún sistema tradicional”. Al respecto, cita por ejemplo que en comercio “las temporadas de textil no son tan claras como antes, no siempre coinciden con el clima de ese momento; puede ocurrir este año que la llegada del frío coincida con el periodo habitual de rebajas de invierno cuando aún apenas se ha vendido género. Es un tema de reflexión”. “La realidad es cambiante, es un punto de inflexión para adaptarse”, dice.

Para el secretario general de la Confederación de Empresarios de Castellón (CEC), Rafael Montero, “no se puede plantear un cambio estructural por el clima cambiante. Pero sí es verdad que para el turismo puede ser una ayuda para desestacionalizar la campaña, y eso hay que venderlo. Las estaciones se desplazan y ya no hay inviernos tan extremos”.

En todo caso, agrega que “el clima no es suficiente, la economía tendrá que ajustarse, igual que lo hace ante el mundo globalizado, internet... Adaptarse es la única fórmula, y más en un sector con tanto peso en el PIB como el turismo, que puede vender el sol y playa, y el golf, a turistas de países fríos del norte de Europa”. H