La autovía del Mediterráneo (A-7), el eje norte-sur que descongestionará el tráfico de la N-340 a su paso por la provincia de Castellón, ha tardado once años en ejecutarse, en los 64 kilómetros que separan Sagunto de la Pobla Tornesa, y ello a pesar de que en su construcción han participado tanto la Generalitat como el Estado. Ahora solo falta acometer el tramo entre Vilanova y San Rafael del Río, de 57,7 kilómetros, que corresponderá al Ministerio de Fomento, y está en obras el eje la Pobla-Vilanova, de 11,6 kilómetros. Es decir, de los 133,3 kilómetros entre Almenara y San Rafael del Río, falta construir 69,3 kilómetros.

El coste total del tramo Sagunto-la Pobla ha supuesto una inversión de 235 millones de euros, de los que 158 han sido financiados por la Generalitat y el resto por el Estado (las variantes de Almenara y la Vilavella).

La ejecución de esta autovía es fruto del convenio firmado el 11 de enero de 1995 para acometer un nuevo itinerario entre Almenara y Nules y convertir así la N-340 en un vial de la red autonómica. A ello ayudó la creación de un nuevo eje en 1996, el Betxí-Borriol.

El primer tramo de autovía, la variante de la Vall d´Uixó, se inauguró en 1999, así como la primera calzada del desvío de Borriol. En el 2001 se acometió el desdoblamiento entre Castellón-Borriol sur y en el 2002 esta infraestructura se completó con la autovía entre la Vilavella y Betxí.

Este eje tomó cuerpo en el 2003, con la segunda calzada de Borriol y su prolongación hasta la Pobla, y con la segunda calzada del eje Betxí-Boriol. Fomento abrió en el 2004 las variantes de Almenara y la Vilavella, y en marzo, el tramo Almenara-Sagunto.