NACIMIENTO VILA-REAL, 1941

PROFESIÓN DIBUJANTE DE HUMOR

TRAYECTORIA MAESTRO DE PRIMARIA. HA PUBLICADO 6 LIBROS. DESDE 1979 COLABORA CON MEDITERRÁNEO, Y OTROS 16 MEDIOS COMO ´EL SIGLO´, ´SEGURIDAD VIAL´, ´VIDA NUEVA´, ´SAÓ´, ´CAMP VALENCIÀ´, O ´IL MENSSAGGERO DI SANT´ANTONIO´

Paco Pascual dijo que "Quique es un hombre bueno que abre cada día una ventana mágica". Con Paco, con José Mª Marcelo, llegó el dibujante a Mediterráneo. Y, con él, esa ráfaga de aire fresco, limpio y libre que nos permite respirar cada día. Pero Quique comenzó a publicar en 1960. Ha pasado por medios como los diarios Madrid, Ya, Pueblo, La Actualidad Española, Las Provincias (junto a Vicent Andrés Estellés), Valencia Fruits, Cuadernos para el Diálogo, Sábado Gráfico, Tiempo...

Ha vivido de cerca la realidad en blanco y negro de este país, su transición, la democracia y todos los colores de la autonomía valenciana.

Los pinceles y la tinta china han dibujado los sueños de aquellos que luchan porque otro mundo, otra sociedad, sea posible. Y siguen trazando líneas de utopía, de solidaridad, de crítica hacia los abusos del poder y la gloria. Es la imagen de lo cotidiano, de lo nuestro. La vida, y una sonrisa. Dedica una media de seis horas diarias a este arte. Trabaja en diversos campos: Sociedad, política, cultura, religión, docencia, transporte, tráfico, hostelería, turismo, agricultura. Y llega a una sintonía con el lector, con un toque diario al corazón y a la cabeza, con una reflexión anímica que se transforma en dibujo. Y ahora la jubilación le ha regalado tiempo. "Estoy disfrutando mucho, antes dedicaba ocho horas a dormir, ocho como maestro y ocho como dibujante. Y espero seguir mucho, y no perder con los años ni el pulso, ni las ideas, ni la letra. Siempre hay un papel en blanco que rellenar. Desde que comencé, he calculado que ya he realizado 25.000 dibujos. Y he sumado que, según las viñetas, podría empapelar unos siete kilometros, la misma longitud que tiene la carretera que une Vila-real y Castellón".

--A veces, las viñetas pueden ser el artículo de opinión más leído de un periódico.

--No tendría que ser así. Cada uno tiene su espacio, el editorialista, el columnista y el humorista. El humor es una pequeña reflexión desde un prisma diferente, una pirueta en el espacio.

--Colabora en diversos medios de muy diferente contenido.

--Me encuentro bien en todos. Con los años, creces en profesión y te adaptas, lo único a lo que no he conseguido adaptarme es a los medios virtuales. El papel impreso lo es todo en el mundo de la comunicación y la cultura. Yo sigo con el papel, la plumilla, los pinceles, la tinta china y mi pluma de punta redonda.

--Unos ragos que marcan toda su creación como autor.

--Claro, nos pasa a todos los profesionales en humor. Un autor sin firma se conoce, es él. Con los años este oficio deja toda la personalidad del dibujante.

--Sus personajes y detalles lo dicen todo a primera vista.

--Hay significados que siempre me han acompañado, aunque no soy caricaturista. Cada dibujo pretende ser una realidad distorsionada y los monigotes tienen caras de buenas personas y se nota, o de agresivos, o presentan unas gafas negras, o un bigotito si son fachas, además de los que lucen una enorme barriga y un puro en la boca, si son déspotas y ostentan mucho poder.

--No hay mujeres tan marcadas como mensaje y personajes.

--Tengo una gran colección de tebeos desde la época de la posguerra y es muy interesante ver la evolución de la mujer en el humor, ver cómo la censura obligaba a eliminar las curvas de un cuerpo femenino. Pero en mi caso no he sufrido estas acciones porque he evitado ridiculizar; respeto mucho a la mujer y siempre sitúo su papel en un lugar secundario, importante.

--Malo, conocido y masculino...

--Las conductas reprochables, criticables están más entre los hombres, que tienen mayor maldad. Cuando dibujo para la revista de la D.G. de Tráfico huyo del tópico y del rol que se le otorga a la mujer como mala conductora. Llegará el día en el que el abuso de poder y otras reprobables conductas también las ejercerán mujeres, pero todavía no.

--El humor es mayor y mejor en otros mundos, más que en este primer mundo que habitamos.

--Sí, en los países latinos, y hay sociedades africanas, o en Marruecos donde dibujan estupendos profesionales, con excelente sentido del humor, a pesar de las situaciones y censura que sufren, como los marroquíes. En Estambul descubrí una revista de humor con mucho éxito en todos los quioscos, cuando aquí han desaparecido casi todas, solo queda El Jueves.

--¿Cómo nace un dibujo?

--Realizo una reflexión crítica. Cada día pongo sobre la mesa la actualidad, leo la prensa, oigo la radio y analizo cualquier aspecto al que pueda hincarle el diente. Prentendes muchas veces mejorar o cambiar aquello que no te gusta, criticarlo. Luego abordas hechos cotidianos, que tengan una trascendencia real para la gente. Y piensas, y crees que puede haber un mundo más habitable, donde sea más facil vivir, más justo, sin tantas diferencias sociales, sin desigualdades. Deseo que este primer mundo pueda ayudar al otro mundo, que se comparta la riqueza y el bienestar del que disfrutamos. Y en cuanto a nuestra realidad, la más cercana, cuando dibujo quiero que haya menos gente hipócrita, que los discursos sean más auténticos, que haya más igualdad entre las personas. No doy soluciones, solo soy una llamada de atención.

--¿Ha hecho su mejor viñeta?

--Intento dibujar siempre la que más me gusta, aunque el sueño sería tener una publicación propia donde puedas alcanzar la absoluta independencia, porque solo así se es independiente del todo. Trabajamos para diferentes medios e intentas estar de acuerdo con lo que los lectores sienten.

--¿Cómo empezó todo este arte del dibujo y el humor?

--De pequeño copiaba los tebeos, sin inventarlos. Aún conservo una pequeña colección mía como editor de mis tebeos, siguiendo los pasos de mi hermano. Él me introdujo en esta magia. A mí me gustaba mucho Jaimito, el TBO, Roberto Alcázar y Pedrín. Era lector de tebeos, no me gustaban los de aventuras, aquellos que acababan con "continuará", ni me gustaban los tebeos de Bruguera, donde la gente sufría tanto. Y la tradición ha seguido, y mucho, tengo un hijo artista plástico. Los otros dos son periodistas y de mis cuatro nietos, Nil, el mayor, de seis años, me ha enviado un cuento escrito y dibujado todo por él.