La firma promotora del Castor, Escal UGS, presiona al Gobierno para lograr la reapertura de la instalación. En la jornada Geologia i geofísica del projecte Castor. Implicacions de risc, celebrada en el Col·legi de Geòlegs de Catalunya, el presidente de la firma, Recaredo del Potro, exhibió las conclusiones de un informe privado elaborado por la consultora DNV según el cual la instalación es “segura” y “fiable”. El anuncio cobra importancia porque, según algunas informaciones, el Ministerio de Industria ya tendría desde hace un mes en su poder el documento.

Con la exposición pública, Del Potro puede buscar o bien presionar al Gobierno para la reapertura, o bien preparar el terreno en este sentido, algo que el Gobierno puede estar barajando, ya que no lo ha negado a pesar de tener desde noviembre el primer informe que encargó al Instituto Geológico y Minero (Igme) para basar su decisión sobre la viabilidad de la planta. Y es que el Ministerio debe evaluar si es posible desmantelar la instalación sin tener que indemnizar a Escal por su construcción, que el informe de DNV cifra en 1.461 millones de euros (a los que habría que sumar el coste de la compra y la inyección de gas). La puesta en marcha de la instalación le evitaría este problema y a la empresa constructora le facilitaría recuperar la inversión.

Para ello, el informe señala que Escal actuó de forma “prudente” al observar las indicaciones del Igme y adoptar las medidas necesarias sobre sismicidad inducida.

Los perjudicados de la reapertura serían los usuarios y sobre todo los vecinos de Vinaròs y alrededores, que a principios del otoño pasado vivieron una pesadilla con los continuos temblores que provocó la inyección de gas.

A este respecto, el geofísico de la Universidad de Bristol Rodrigo del Potro insistió, como había hecho la empresa en otros actos, en que la actividad sísmica se produjo en una pequeña falla, que la energía que se generó fue mil veces superior a la inyectada y que esto adelantó un proceso geológico latente. Algo en lo que difieren otros expertos. El presidente del Col·legi de Geòlegs de Catalunya, Joan Escuer, evidenció la relación entre la inyección de gas y la crisis sísmica y el jefe de sismología del Institut Geològic de Catalunya, Xavier Goula, no descartó que otras fallas del entorno puedan provocar terremotos de hasta cinco grados en la escala Richter. La doctora Eulàlia Massana tampoco descartó actividad sísmica futura y el geólogo José Giner afirmó que el modelo geológico de Escal es erróneo y la estructura marina no sería apta para albergar un almacén. H