Los estibadores aplazan la huelga. Por segunda vez, retiran la amenaza inminente de unos paros que lastrarían enormemente la economía castellonense y la estatal y muestran su «voluntad de diálogo», a la que esperan que se sume Fomento, la única posibilidad de no llevar a cabo finalmente la movilización, apunta el presidente del comité de empresa de Castellón, Ximo Pesudo.

A última hora de la tarde de ayer, los sindicatos portuarios acordaron no materializar los paros previstos para el lunes y el miércoles. El motivo es que han recabado el apoyo de los grupos mayoritarios de la oposición a ratificar el «decretazo», como lo llamó el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, que reiteró su negativa y se sumó al PSOE y Podemos en contra de la norma.

De esta manera, si el próximo jueves los grupos votan en contra del real decreto ley del Gobierno «y se abre la posibilidad de una mesa de negociación en que esté el Ministerio», tampoco se llevarán a cabo los paros previstos para el día 10 y las dos semanas siguientes, reconoció Pesudo. Eso sí, a la espera de acontecimientos, los sindicatos no han retirado el preaviso de esas siete jornadas de huelga. Por el momento no hay ninguna fecha prevista para reunirse, ni siquiera para el «paripé» entre patronal y sindicatos, como lo llamó Pesudo.

Y es que las presiones arrecian. Ayer el Gobierno afirmó que la comisaria europea de Transporte, Violeta Bulc, ha remitido una carta pidiendo que el Congreso ratifique la norma porque cumple lo exigido por el TJUE, según dijo. También Anesco pidió el apoyo político en este sentido.

En la otra orilla están los trabajadores. «La sentencia no marca que deba haber despidos ni trabajo en precario, como recoge el real decreto», criticó Pesudo.