La catedrática de Lengua Inglesa Eva Alcón ha intensificado en las últimas semanas las reuniones con la comunidad educativa del campus para encarar su posible candidatura a las elecciones para rectora de la Universitat Jaume I y relevar a Vicent Climent, que cierra este 2018 esta etapa tras dos mandatos, el máximo que permiten los estatutos de Riu Sec. En este sentido, hoy mantendrá un encuentro decisivo con su equipo de debate universitario con el objetivo de decidir si dan un paso al frente.

Alcón, que fue vicerrectora de Estudiantes y de Relaciones Internacionales en los equipos del rector Francisco Toledo, conoce bien la política universitaria, fuera y dentro del campus, ya que de la docencia dio el salto a la política, como número 2 del president Ximo Puig por Castellón en Les Corts esta legislatura, donde ocupó un escaño hasta el pasado abril. Fue entonces cuando empezó a gestarse la ilusión de una posible candidatura, que, según fuentes universitarias, lleva meses en conversaciones, sin nada oficial.

Al respecto, Alcón lleva ya meses con una intensa agenda con todos los agentes del campus, «del profesorado, desde los doctores e investigadores a becarios; estudiantes y personal de administración y servicios», explica. Y es que el catedrático de Ética Domingo García Marzá, que se postulaba también para concurrir a las elecciones, previsiblemente en mayo, tampoco ha movido aún ficha de forma oficial.

La catedrática, no obstante, ha escuchado las reivindicaciones de todos en sus reuniones, pero también a través de su blog personal, abierto ya hace meses, donde ha recibido decenas de aportaciones desde todos los frentes, incluídos tanto profesores, catedráticos y exvicerrectores como alumnos de primer curso a máster.

En su documento sobre Estrategia, organización e infraestructuras, Eva Alcón reclama la necesidad de «una estrategia universitaria común, con una visión que sea a 10 o 15 años vista, con unos objetivos marcados y la vigilancia de su cumplimiento». Y apuesta por «una planificación de las inversiones y necesidades en infraestructuras del campus, y de las sedes en la propia ciudad».

Además, insta a «buscar las fortalezas de la UJI, en docencia o líneas de investigación, y tratar de potenciarlas» y repasa algunas de sus líneas de debate, entre las que también destacan la rebaja de la «excesiva carga burocrática, agravada por el control externo», un «modelo de gestión más descentralizado y ágil» y que se «generalice la gestión electrónica».