Castellón está por debajo de la media autonómica y nacional en materia de robos en viviendas, pero, con la llegada del verano, las vacaciones y el consiguiente traslado de los castellonenses a sus segundas residencias de la playa y la marjaleria, las viviendas del casco urbano pueden convertirse en objetivo de los cacos.

Para evitarlo, lo mejor es conocer los métodos que usan los ladrones, qué puntos débiles de seguridad presentan las viviendas y poner los medios para evitarlos. Desde la comisaría provincial del Cuerpo Nacional de Policía explican que el modus operandi más común consiste en la fractura del bombín de la puerta. Pueden hacerlo con un pico de loro, herramienta que los fontaneros usan para abrir grifos y tuercas de grandes dimensiones. Con ella, quitan el embellecedor del bombín, partiéndolo y desprendiéndolo.

También pueden usar el sacacorchos, elemento que usó antiguamente la banda ETA para abrir coches. Los delincuentes utilizan esta herramienta, similar a un descorchador de botellas de vino, que en un extremo lleva una punta que se introduce en el bombín de la cerradura y en el extremo opuesto lleva una especie de manilla. Existen otros trucos, como el del resbalón, en el que utilizan una lámina de plástico para abrir la puerta cuando la cerradura se deja sin pasar la llave. O el bumping, donde fracturan los cilindros de la puerta con la ayuda de una llave manipulada que golpean.

Las medidas de seguridad deben partir desde el exterior de la puerta, siguiendo por el portal, los buzones, los ascensores y rellano, hasta el interior.

Así, el primer consejo es no dejar síntomas externos de que la vivienda está cerrada, no habitada o vacía. Por ejemplo, si dejamos los balcones tapados, puede dar la sensación, con la calima, de que no hay nadie dentro.

Marcas en fincas y garajes

A veces, los delincuentes pueden dejar signos para marcar la finca o el garaje. «Hay que estar atentos a señales extrañas en el portal, en el rellano, en el ascensor, en la cerradura para bajar al garaje o en la puerta de casa si se ve alguna muesca o señal», dicen. Por ejemplo, comprobar si el llamador del portero electrónico está marcado con una X y no lo ha puesto el usuario. Desde el Cuerpo Nacional de Policía aconsejan «llamar al 019 ante cualquier signo extraño que detecten».

Hay que procurar tener los buzones limpios, es decir, no atorados de propaganda. Si no, da la sensación de que no hay nadie para recogerla. También se debe observar si las mirillas están tapadas. «Hemos comprobado que en muchos sitios, los ladrones las quitan para escuchar o poner sensores de temperatura o movimientos para cerciorarse de si la vivienda está ocupada. Algunas veces las marcan con papel, celo o chicle. «Como novedad, este año hemos notado en varias viviendas en Castellón y resto de la Comunitat la llamada operación palillo. Se han hallado palos de madera o rabitos de hojas contra los marcos, en la parte superior de la puerta o en el fondo, junto al felpudo, un palo del color de la puerta, apoyado o encastrado contra el cierre. Si desaparece, saben que hay movimiento en la vivienda. Si está un tiempo sin moverse puede indicarles que no hay nadie.

Itinerantes

Otro sistema (no detectado en Castellón pero sí en Alicante) es el del hilo de araña, una especie de pegamento elástico, que colocan en un lateral de la puerta o arriba, al lado de la bisagra. Si no se mueve es signo de que vivienda es susceptible de ser robada. «Son mafias itinerantes que vienen y van, por lo que son prácticas que se pueden presentar en cualquier momento».

Contar con una puerta blindada, o mejor, acorazada, con dos cerraduras, medidas antibumping, una alarma, programar la radio o el aspirador son cuestiones que pueden ayudarnos a estar mejor protegidos.

A veces entran a cara descubierta, incluso bien vestidos, con aspecto de comerciales usan más las técnicas del engaño que la fuerza bruta.

Ante cualquier persona que se detecte en el portal o rellano que sea extraña avisar a la Policía. Si vemos a gente llamando al timbre o preguntando por alguien que no vive en la finca o que no está, a veces colaboramos e incluso les abrimos, pero es mejor ser desconfiado.