Marc. 12 años. 1,57 metros de altura. 68 kilos de peso. Obesidad leve. Laura. 9 años. Mide 1,40 metros y pesa 58 kilos. Sobrepeso. Y no son casos aislados. Decenas de niños de Castellón ingieren muchas más calorías de las que son capaces de quemar. Eso se traduce automáticamente en un exceso de kilos y también en un serio problema de salud pública. Lo dicen los expertos y lo confirman las estadísticas oficiales: en Castellón en torno al 25% de los menores de entre 2 a 17 años, algo más de 23.000, tienen lo que en términos sanitarios se conoce como sobrecarga ponderal, es decir, sufren sobrepeso u obesidad. «Va cada vez a más y es un tema que preocupa, y no poco, a los padres y también a los especialistas. Sobre todo porque nos encontramos con niños de tan solo seis años con problemas serios de colesterol», apunta Andrea Mascuñana, vicepresidenta por Castellón del Colegio de Dietistas y Nutricionistas de la Comunidad Valenciana.

Pese a que en Castellón la situación no es tan alarmante como en el conjunto nacional, donde el exceso de peso afecta a casi el 40% de los niños y adolescentes, los datos también son significativos. La última Encuesta de Salud publicada por la Conselleria de Sanitat revela que el sobrepeso afecta en la provincia al 16,7% de los menores entre 2 y 17%, mientras que otro 6,8% son obesos. Además, la población infantil con exceso de kilos es más alta en los municipios del norte de la provincia que en los del sur. El área de salud de Vinaròs es la que tiene más porcentaje de menores con sobrepeso u obesidad, mientras que en el extremo contrario se sitúa la zona de Castellón.

Pilar Esquer, nutricionista, directora-fundadora de Habits, Consultoría de Nutrición para particulares y gestión de Empresas Saludables, asegura que el problema es gravísimo. En los últimos años ha estado en decenas de colegios de Castellón y ha constatado la gran cantidad de niños y niñas con sobrepeso. «Aunque hay alguna excepción, en los comedores escolares no se está haciendo lo suficiente», asegura esta experta que defiende también que parte de la solución está en casa. «Las familias tienen que hacer un esfuerzo por cambiar la alimentación de sus hijos y estoy segura de que muchas no lo hacen por desconocimiento».

LA CLAVE, LA MALA ALIMENTACIÓN

¿Por qué cada vez hay más niños gordos? Para los expertos el problema está en que se ingieren demasiadas calorías. «El deporte es absolutamente necesario, pero solo con el ejercicio no se acaba con la obesidad», avisa Esquer para quien el foco del problema radica en la alimentación. O mejor dicho, en una mala alimentación. «La ingesta de determinados productos, que debería ser ocasional, ha pasado a convertirse en algo habitual. No pasa nada por comerse un pastel el domingo. El problema llega porque ese extra lo comemos a diario».

La teoría es de sobra conocida (quién no ha oído hablar una y mil veces de las bondades de la dieta mediterránea) pero llevarla a la práctica no siempre resulta tan sencillo. El no tomar un tipo de alimentación tan recomendable para el organismo (frutas, verduras, pescado....) se relaciona con la ausencia de tiempo para cocinar comidas como los potajes de lentejas o los pucheros. En cambio, se consumen muchos precocinados y se abusa de la comida rápida que, además, es muy económica. «No es tan complicado comer bien. Todos sabemos hacerlo», argumentan los expertos que insisten en la necesidad de introducir en la dieta más frutas y verduras, más pescado fresco y menos carnes y derivados.

Más allá de ser un problema estético, el exceso de peso ya es una epidemia de dimensiones colosales que pueden derivar en importantes problemas de salud, puesto que tener unos kilos de más en la infancia eleva el riesgo de sufrir en la edad adulta enfermedades como la diabetes tipo 2, el colesterol alto, la hipertensión, la grasa en el hígado, el infarto agudo de miocardio y los problemas en el aparato locomotor.