El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, afronta hoy el que será su último debate sobre el estado de política general de la Comunitat en Les Corts antes de las elecciones del 2015. Se espera que sea un debate tenso, cuerpo a cuerpo, habida cuenta que es una de las últimas oportunidades que tiene el Ejecutivo regional para demostrar que controla la situación y los tiempos, a pesar de las dificultades, mientras que la oposición quiere evidenciar el desgaste del PP y el agotamiento de su modelo para atajar la crisis.

Les Corts retoman hoy las sesiones plenarias tras las vacaciones de verano. Los diputados están citados a las 10.30 horas, pero antes del debate de política general se votará la toma de posesión en su cargo de los parlamentarios Rosa de Falastín Mustafá, PSPV; y Mercedes Torregrosa ( PPCV), así como de la vicepresidenta de la mesa de Les Corts: Ana Barceló (PSPV). Por tanto, el debate comenzará sobre las 11.00 horas.

Mucho se espera de la intervención del president, que está ante un año clave para remontar unas encuestas que ahora hablan de una pérdida de la mayoría absoluta. Tal vez la más importante sea el anuncio de rebaja fiscal que él mismo alimentaba este fin de semana “para crear empleo y riqueza” en un acto del PP en Manises, aunque nada más se sabe.

Fabra también exhibirá la limpieza llevada a cabo en el seno de su grupo, con la aplicación de la línea roja, que le ha permitido pasar de los 10 imputados que había cuando tomó posesión de su cargo, en julio del 2011 --todos por la gestión heredada de Camps--, a solo dos: el castellonense Ricardo Costa y Yolanda García. Y, además, defenderá sus esfuerzos por la transparencia absoluta en la gestión de la administración.

La recuperación económica y las señas de identidad de la Comunitat, a través de una ley ahora en redacción; en contraposición al conflicto catalán, serán los otros pilares de su discurso.

Como contrapartida, Fabra no podrá llevar a la cámara regional la tan demandada reforma del modelo de financiación, que ha obtenido un no rotundo del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y del titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, lo que conlleva aparejadas tensiones de tesorería, impagos e incapacidad para invertir en infraestructuras. De hecho, las relaciones entre Consell y Gobierno son más distantes que nunca. Tampoco hay fondo de compensación de 1.000 millones. ¿El resultado? Un lastre de 34.782 millones de déficit e impagos de facturas.

A todo le sacará punta la oposición, así como a los casos de corrupción que aún salpican las filas populares (Fórmula 1, Gürtel, Brugal y Feria Valencia), en una estrategia diaria del PSPV, Compromís y EUPV de intentar la imputación de los pesos pesados del PPCV, sin olvidar 531.471 parados que aún hay en la Comunitat. El debate está servido. H