Fuera de los cítricos, el último temporal no ha dejado consecuencias demasiado negativas en el campo provincial e incluso hay cultivos inmediatamente beneficiados. Así sucede con las verduras y hortalizas castellonenses, cuyo precio se ha disparado en las últimas semanas por la caída de oferta derivada «de las inundaciones y hasta de la nieve» en otras zonas productoras (como Murcia y Almería), señala el Ministerio de Agricultura. La patronal estatal de exportadores Fepex coincide y añade que la climatología ha arrasado cosechas enteras en Grecia, Italia y otros países mediterráneos, lo que ha reducido la oferta hortícola al 60%.

Y de ello se beneficia la provincia. Especialmente el Maestrat, la comarca castellonense que más verduras y hortalizas produce. El gerente de Benihort, Guillermo Edo, reconoce que, excepto la coliflor, el resto de cultivos «ha duplicado su precio» y la lechuga «lo ha triplicado», concreta.

Esto supone «un balón de oxígeno para el sector», siempre amenazado por la presión de las grandes cadenas. «Está bien que alguna vez nos toque la lotería», continúa Edo. Eso sí, no todo son buenas noticias. Aunque el frío no ha helado las plantas, sí ralentiza su actividad y reduce su producción. Así, en la cooperativa que dirige Edo ahora deberían «estar procesando 350.000 kilos a la semana» y están «trabajando con 250.000», puntualiza.

Aun así, el balance es positivo, reconoce, y permitirá a los agricultores resarcirse de la granizada de noviembre y las lluvias de diciembre, que dejaron unas pérdidas de 2,2 millones de euros solo en el término de Benicarló.

dos meses de buenos precios // Con estos condicionantes, Edo afirma que la falta de oferta se puede prolongar hasta mediados de marzo, con lo que vaticina dos meses de buenas cotizaciones para los agricultores. Por su parte, Fepex prevé que se mantendrá como mínimo, hasta principios de abril para las hortalizas de hoja cultivadas al aire libre.

De hecho, Edo vaticina que en algunos cultivos no habrá suficiente producto para cubrir la demanda. Eso sí, apunta que esto no supondrá precios más altos pues, a partir de una cifra determinada, «la gente ya no compra», como sucedió la semana pasada con la alcachofa, que llegó a 3 euros el kilo y ya ha bajado.