Ha tenido lugar en Castellón este año la XXª edición del Concurso de Belenes que convoca el Ayuntamiento. La primera convocatoria tuvo lugar en 1993, el tiempo aquel en que yo me acababa de incorporar como funcionario de empleo en tareas culturales y nacieron también campañas como Nadal a Castelló, Regreso a la Ciudad, Castelló a Escena, A l’estiu tot lo món viu, Festival de Corales y alguna que otra campaña como Temps de Primavera.

Bueno, pues, después de haber intervenido en jurados de premios literarios o festivos, este año me han hecho el honor de ser agraciado como miembro del jurado del Concurso de Belenes, en la sección de Familiares. Y debo agradecer que haya sido elegido para ello puesto que, acompañado por los otros dos miembros, José Luis Manjón y Andrés Palazón, hemos tenido que realizar nuestra misión recorriendo gran número de barrios vecinales, desde San Lorenzo al Barranquet, desde los grupos de San Agustín y San Marcos al Camí Pi Gros, también por el centro de la ciudad, y hemos llegado a una conclusión mágica. Que el amor familiar se engrandece cuando en una casa se prepara y se construye un belén para las fiestas navideñas. Un clásico Nacimiento con todos sus ingredientes y personajes.

MÚSICA DE FONDO // Con una embriagadora música de fondo, nos acompañaba la grabación con voces de la familia:

--“El ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: José, hijo de David, no temas tomar contigo a María, tu mujer, porque lo engendrado en ella es el Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados…”.

Y es que, como es sabido, sucedió que por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo. Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad. Subió también José desde Galilea, de Nazaret a Judea, a la ciudad de David, que se llama también Belén, para empadronarse con María, su esposa que estaba en cinta. Y sucedió que mientras ellos estaban allí, se cumplieron los días del alumbramiento y dio a luz María a su hijo, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, ya que no tenían sitio en otro alojamiento. El establo que hemos visto estos días y los tres Reyes Magos, presentes en cada belén, nos situaban ante el hecho de que la fiesta de los Reyes nos ayuda a reflexionar sobre lo que somos cada uno de nosotros y lo que en realidad queremos ser. Y de lo que escribió el maestro Eugenio d’Ors: “Si no eres mago, cuida de ser un buen pastor…”

LA VIDA // En cada uno de los belenes que hemos tenido ocasión de ver y juzgar, estábamos también en condiciones de advertir que contemplábamos una muy importante página de la historia de la vida. De la vida de todos nosotros. Está escrito que en aquella comarca donde nació Jesús había unos pastores que dormían al raso y vigilaban por turnos en la noche sus rebaños. Ante ellos se presentó al llamado Ángel del Señor y la gloria envolvió a aquella gente con su luz y se llenaron en un principio de temor. Pero el ángel les dijo: “No temáis, pues os anuncio una gran alegría que lo será para todo el pueblo”.

“El anuncio es que hoy ha nacido en la ciudad de David, un Salvador que es el Cristo Señor. Y para que os sirva de señal os digo que encontraréis a un niño envuelto en pañales y acostado en el pesebre del establo”.

Y de pronto, se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que con cantos alababa a Dios diciendo: “Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad”.

Los pastores fueron a toda prisa y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, dieron a conocer lo que les habían dicho de ese niño y todos los que les oyeron se maravillaban de lo que los pastores decían. La historia de la vida comenzaba a caminar...

HERODES // En aquel tiempo del Nacimiento, reinaba en Judea el rey Herodes. Y cuando allí llegaron los Magos, lo hicieron preguntando que dónde estaba el Rey de los Judíos que había nacido, ya que una gran estrella les guió hasta allí desde Oriente.

--“Hemos venido a adorarle”, dijeron.

En oyéndoles, el rey Herodes se sobresaltó. Así que convocó a todos los sumos sacerdotes y escribas del pueblo y por ellos estuvo informado del lugar donde estaba previsto que naciera Cristo:

--“Nacerá en Belén de Judea, porque así está dicho y escrito por medio del Profeta”.

Entonces Herodes llamó aparte a los Magos y por sus datos precisó los tiempos del suceso, desde la aparición de la estrella. Y les dio una orden:

--“Id e indagad cuidadosamente sobre ese niño. Y cuando lo encontréis comunicádmelo par ir yo también a adorarle”.

Fue cuando los Reyes Magos se pusieron en camino. Y, maravillados observaron como la estrella que habían visto en Oriente iba delante de ellos, hasta que se detuvo precisamente encima del lugar donde estaba el niño y se llenaron de inmensa alegría.

HUIDA A EGIPTO // Los Reyes Magos pasaron un buen tiempo postrados a los pies de María y Jesús y se produjo entonces otro hecho histórico. Y es que abrieron los cofres que llevaban y depositaron allí la ofrenda: Oro, Incienso y Mirra. A estos tres bienes van asociados desde entonces los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar.

Por la noche, los tres tuvieron el mismo sueño, que desde el palacio de Herodes llegaba un peligro. Y se retiraron con presteza a su lugar de origen.

En el mismo instante, el Ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo:

--“Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto. Y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes ha ordenado que busquen al niño para matarle”.

Eso hizo José. Se levantó, tomó al niño y a su madre y se retiró a Egipto y estuvo allí hasta el fallecimiento de Herodes.

Todas estas páginas de la historia las hemos visto estos días en los belenes de Castellón, cuyas bases del concurso hablan de la necesidad de un Portal, de la escena de la Anunciación a los pastores, el Castillo de Herodes, los tres Reyes Magos y la escena sobre arena de la huída a Egipto. Todo con figuras fijas o en movimiento, con rebaños de ovejas corriendo de aquí para allá... H