El aumento de la fauna salvaje en toda la provincia de Castellón viene propiciada por varias causas, entre las que destaca la falta de animales depredadores como el lobo o las aves rapaces y el abandono de cultivos, lo que permite a los jabalís, el corzo, la cabra montesa o los conejos ganar espacios y expandirse allá donde antes había cereales, cítricos o almendros.

El problema, que la Conselleria de Medio Ambiente ya trata como una plaga desde principios de este año, representa una amenaza para la viabilidad de la producción agrícola de norte a sur de la provincia. Y si en la Plana Baixa se quejan los productores de cítricos, en el norte de la provincia lo hacen los de almendros u olivos.

El secretario general de la Unió, Ramón Mampel, tiene sus fincas de almendros en Traiguera y en las últimas semanas también ha visto como los ungulados las visitaban y dañaban muchos ejemplares jóvenes. Las denuncias también son continuas en las comarcas de la Plana Alta y el Maestrat, donde en verano los jabalís también destrozan las plantaciones de fruta de temporada, como la sandía.