Amaneció el día con nubes color acero y llegó a chisporrotear redondas gotas de agua (hubiera sido histórico llover en Sant Pere), pero aunque tardó, el santo patrón abrió los cielos con sus llaves del Reino y un sol espiritual y benefactor inundó las calles del distrito marítimo. Día grande en el calendario de las fiestas de la ciudad, doblemente castellonero, per ser Grau i per ser Castelló.

Jornada que comenzó con la rentà del panel cerámico de Sant Pere en la plaza Virgen del Carmen, acto recuperado por los ermitaños de la Donació, Robert Nebot y Miquel Eixau. Más emotivo aún este año si cabe por la triste ausencia de Robert. Así, Montse Flores y Mari Fe de la Rosa se encargaron de netejar el azulejo con la imagen del santo pescador, mientras Miquel y Gabriel Albiol colocaron el ornato floral. El propio Albiol gritó un potente y sonoro Visca Sant Pere!. Al mismo tiempo, Vicent Jaume Almela recitaba el poema del fervor y la devoción hacia el apóstol Pedro.

Pero, en unas horas de “sentimientos y emociones”, como calificaba el teniente alcalde del Grao, Rafael Simó, la festa gran del distrito marítimo, instantes antes de salir el cortejo de la ofrenda, los graueros entregaron su corazón a Sant Pere en forma de flores. Era la 34ª ofrenda organizada por la peña El Serrallo, con el acompañamiento de la Unió Musical, dirigida por Jerónimo Castelló, y que interpretó el pasodoble Xàbia de Salvador Salva.

AROMA DE LA VENERACIÓN // Las inmediaciones de la parroquia y su interior rebosaban el aroma de la veneración con más de dos mil ramos de otros tantos peñistas. Al acabar la ofrenda, Ramón Albiol, de El Serrallo, gritó Visca Sant Pere!, contestado por los fieles con el Visca! de la entrega y la vehemencia del pueblo que ama profundamente sus tradiciones.

El párroco, Albert Arrufat, en su alocución al término de la ofrenda, resaltó el mensaje de “conciliación” del pueblo que representan las fiestas. La mañana del día grande de Sant Pere se cerró con la misa mayor presidida por el vicario general de la diócesis, Yago Gallo. Habló en su homilía del “sí que dio a Jesús un Pedro imperfecto y muy humano”, como modelo a seguir por los creyentes. Antes de comer se disparó la típica mascletà. Y no llovió. H