El Ministerio de Fomento descarta convertir la N-232 en autovía en Castellón, pero sí avanza en la A-68 en Aragón y La Rioja. En la reciente entrevista publicada por Mediterráneo, el ministro Íñigo de la Serna afirmó que «no se ha acometido el acondicionamiento» de la N-232 (acaban de comenzar las obras en el puerto de Querol y se trabaja en la zona de Teruel anexa a la provincia) «para cambiarlo ahora». Toda una declaración de intenciones, a pesar de que años atrás se dijo que el nuevo trazado en el puerto de Querol sería compatible con la conversión de la carretera en autovía, de forma que la calzada que ahora se va a realizar fuera posteriormente uno de los dos sentidos de circulación.

En la entrevista, de la Serna va más allá y señala que, con el futuro trazado, el puerto de Querol tendrá «capacidad suficiente para soportar la intensidad de vehículos» que registra, al igual que de Ráfales al límite de Castellón.

En cambio, Fomento sí actúa para convertir la N-232 en autovía en otras zonas, como ha demostrado en el último mes y medio. El pasado día 8, el Boletín Oficial del Estado publicó el proyecto de trazado Autovía A-68. Tramo: Arrúbal-Navarrete, en La Rioja, que servirá para convertir la autopista de peaje AP-68 en una circunvalación de Logroño gratuita. El presupuesto previsto es de 146 millones de euros. Solo unos días antes, el 25 de julio, el BOE publicó la salida a información pública del proyecto de trazado Autovía A-68. Tramo: El Burgo de Ebro-Fuentes de Ebro, en Zaragoza. Con un presupuesto estimado de 75,7 millones, se prevé convertir en autovía 18,7 kilómetros de la N-232.

Y donde ya trabaja Fomento es en otro punto de Zaragoza. Se trata del tramo Gallur-Mallén, cuya primera piedra de las obras puso el día 4 de julio el propio de la Serna. El coste de convertir en autovía esos 15 kilómetros es de 49,75 millones. No ha tardado Fomento en iniciar los trabajos, que adjudicó el 12 de mayo.

MÁS BARATA

Y todo, mientras en Castellón no se ha avanzado nada en la tramitación para convertir la N-232 en A-68. El estudio previo, que decidió la salida de la A-68 al Mediterráneo por Vinaròs (ver gráfico), estableció en el 2009 que el coste de convertir en autovía los 79 kilómetros de la provincia es de 307 millones. Más barato que en los otros tramos.