Zara, Máximo Dutti, Cortefiel, Calzedonia, Mango, Parfois, Punt Roma... ¿De qué calle comercial se trata? La descripción de negocios coincide con la oferta comercial de la principal arteria de compras de cualquier ciudad española de más de 80.000 habitantes. Da igual el municipio. Da igual que se trate de la calle Preciados de Madrid, Colón de Valencia o Enmedio de Castellón. Todas comparten tiendas y cafeterías. El fenómeno de las ciudades franquicia es imparable y las grandes marcas han acabado por engullir al pequeño comercio de toda la vida. Porque la franquicia, principal puerta de entrada al emprendimiento, sigue tan abierta como siempre. También en Castellón, donde solo en los últimos dos años el número de locales ha crecido por encima del 7%. Y la tendencia para este 2018 es continuar al alza.

Que el número de establecimientos que utiliza esta fórmula comercial sigue sin tocar techo es algo que revela el último informe elaborado por la consultora Barbadillo Asociados, El 2017 acabó en España con 68.133 unidades operativas, un 0,2% más que un año antes pero 4.341 más que en 2015. O lo que es lo mismo: un alza del 7% en apenas dos años. Y en Castellón la evolución es muy similar. De las 631 franquicias del 2016 se ha pasado a algo más de 700, que dan empleo a casi 4.000 personas y facturan unos 200 millones de euros al año.

En estas cifras no están todas las que son. Y no lo están porque no hay semana en la que la provincia no asista a la inauguración de una nueva franquicia. Unos cuantos ejemplos basta para entenderlo. La marca de restauración Kentucky Fried Chicken (KFC) acaba de estrenar nuevo local en el centro comercial Carrefour, en la avenida del Mar de Castellón; Charter, la franquicia del grupo Consum, ha abierto un supermercado en Onda y la firma de moda infantil Dörett, del grupo Queens Boutiques, ya ha anunciado que en los próximos meses desembarcará en la ciudad de Castellón. Son solo tres ejemplos. Hay muchos más.

EL RIESGO DEL NEGOCIO AMAINA

¿Dónde está la clave del éxito de este modelo de negocio? ¿Por que el emprendedor de Castellón continúa apostando por las franquicias, pese a que ahora tiene más oportunidades de encontrar un empleo por cuenta ajena? Santiago Barbadillo, presidente y fundador de la consultora Barbadillo y Asociados, asegura que la principal ventaja es la disminución del riesgo. «Minimiza los riesgos a la hora de montar un negocio y los reduce, entre otras razones, porque existe un saber hacer contrastado y probado por parte del franquiciador, porque el producto o servicio que ofrece funciona, y porque tiene aceptación en el mercado», describe.

El auge de la franquicia en Castellón se sustenta en varios pilares y uno de ellos (el más importante) tiene que ver directamente con la restauración. Bares y restaurantes se apuntan a una fórmula que, a nivel nacional, ya cuenta con más de 7.000 establecimientos, con cervecerías y locales de tapas como negocios más de moda. «La franquicia sigue creciendo y lo hace especialmente en la hostelería», apunta Barbadillo. El segundo sector en auge es el del retail, donde entran desde la alimentación, la moda, la estética o los locales de informática. «La tendencia para este año es seguir creciendo y hacerlo especialmente en locales de restauración especializados en productos novedosos, sanos e importados de otros países y también en establecimientos dedicados a la belleza, la salud o el fitnnes» aventura el presidente de la consultora Barbadillo Asociados.

MARCAS DE CASTELLÓN

Las franquicias se relacionan habitualmente con firmas de otras provincias que se asientan en Castellón, pero también se produce el viaje a la inversa. De hecho, la provincia cerró el 2017 con nueve enseñas, mientras que en el, conjunto de la Comunitat la cifra asciende a 139. Pese a que en el último año la provincia ha perdido una enseña, si se comparan los datos con los de 2009, la cifra total se ha duplicado.

Entre los negocios con sede en Castellón destacan marcas como Akiwifi o Muerde la pasta. La primera cuenta con 30 franquicias (las dos últimas este mismo año en A Coruña y Asturias) mientras que Muerde la Pasta, que abrió su primer restaurante en 2007 en Castellón, ha cerrado el año con 4,5 millones de clientes y 60 millones de facturación. H