Sobre la página sobrevuela el aroma de aquella agrupación coral conocida como la Schola Cantorum, que había impulsado el sacerdote mossén Ramón Royo en los años de la posguerra, primero con sede en la iglesia parroquial de San Agustín y, posteriormente, al terminarse la reconstrucción de los primeros sectores del templo, en la arciprestal de Santa María. Allí se reunieron un amplio ramillete de voces masculinas que respondían a toda la escala musical capaz de interpretar misas solemnes en latín y en castellano a varias voces, requiems,

motetes y una variada gama de oficios de Semana Santa. Y todo coincidió con la aparición de un fervoroso entusiasmo por el teatro y especialmente por la zarzuela, ya con muchachas de todos los sectores sociales de la ciudad, floreciendo con ello tenores y barítonos, tiples y sopranos y, no se olvide, muy destacados intérpretes teatrales, especialmente desde la faceta de la comedia. Y, en ese ambiente, apareció un castellonero de la calle Tosquella, cuyo nombre está en las antologías y hoy en esta página: Miguel Tirado. Es decir, Micalet Tirado.

El Pregó de la Magdalena // En torno a la efeméride magdalenera de 1945, varios castellonenses de la época hicieron posible la aparición de unas fiestas que hoy lucen ya la etiqueta de su interés turístico internacional, y que entonces hacían saltar la espoleta de todo lo anterior introduciéndolo en un globo de interés cultural, histórico, folclórico y popularmente festivo, donde tantas cosas tenían cabida. Yo quiero recordar a don Ángel Sánchez Gozalbo, que había sido uno de los creadores de la Sociedad Castellonense de Cultura en 1919 y que al prepararse la nueva Magdalena, se convertía en anfitrión en su casa de la calle Vera, conocida como lugar de peregrinación. Manuel Segarra Ribés se acercaba para exponer el derroche de fantasías que harían de su Pregó el más fastuoso de España. Y don Ángel asentía, corregía o simplemente sonreía y estimulaba el entusiasmo del farmacéutico, al igual que ocurrió con el bando anunciador, en castellano, de su gran amigo don Carlos G. Espresati, al que convenció ya en 1947 para que dejara aparecer deslumbrantes los versos de Bernat Artola, en valenciano, que hoy celebramos todos con alborozo: “L’alcalde de la Ciutat i terme de Castelló...” ¡Cuántas cosas nacían en Castellón con aquel Pregó...!

La vidA // El ambiente de la casa número 28 de la calle Tosquella, en el barrio de Sant Fèlix, transmitía pasión labriega y profundo respeto a la tradición carlista. Hijo de Vicente Tirado Ventura y María Alicart Cueva, allí nació el 2 de octubre de 1910, Miguel Tirado Alicart. Tuvo tres hermanos: Vicente, que se casaría con Tonica Ramos; María, que fue esposa de Alfredo Mir y Manuel, casado con Araceli Molina. Familia castellonera bien avenida, muy unida. De niño, Micalet asistió durante unos años a la escuela privada de la calle del Conde Pestagua, donde brillaría por aquel tiempo la estrella del singular maestro y político Carlos Selma. Al salir de clase, el señor Tirado ya se llevaba a su hijo a la alquería, para que aprendiera a trabajar en el campo, para que naciera su amor a la tierra, que cultivaban. A su tiempo, se incorporó al servicio militar con la circunstancia de tener que empalmar su período de licencia con la guerra civil, así que tres años de mili y tres años de guerra, seis en total. Al quedar liberado, ingresó como empleado en la compañía Campsa, donde se convirtió en uno de los primeros afiliados a la Seguridad Social, con el número de orden 12/85.

Los años cuarenta // El fallecimiento de su madre coincidió con sus relaciones con Vicenta, su novia. Y con sus redoblados deseos de estudiar, de adquirir conocimientos básicos. Así que se incorporó a la academia del citado Carlos Selma, entonces en la calle de San Vicente, donde perfeccionó su nivel escolar en gramática, aritmética, geografía e historia. Y, sin pausas, con su poderío vocal y sus buenas dotes para la interpretación, ingresó en la Schola Cantorum y en la Peña Teatral, como barítono. De aquella época queda en la actualidad quien había sido su compañero y amigo Jaime Babiloni, que se casaría con Ana Blanch. Siguen sonando desde aquel pequeño teatro de la Ronda Magdalena, que propiciaba Educación y Descanso, los nombres de los maestros Felip y Bosch, con Carmen Fernández, los hermanos Moragrega, Pepe Breva, Meliá, los Baeza, Gustems y otros muchos al igual que La Dogaresa y La del soto del Parral, con La Revoltosa o El puñao de rosas. Y mientras, a Dios rogando y con el mazo dando. El día 4 de julio de 1942, en la iglesia de la Trinidad, contrajeron matrimonio Miguel Tirado y Vicenta Alegre Agost, apellidos muy comunes en Castellón. Y Miguel no tardó, primero en ser nombrado Capataz en la Campsa por sus capacidades y, después, presidente del Sindicato del Combustible, en la CNS.

El Síndic o Sequier // El matrimonio comenzó su andadura en la casa familiar de la calle Tosquella, donde nacerían sus hijas María del Carmen, que ha permanecido soltera, y Vicenta Pilar, que se casó con Diego Ramia. Después, cuando se trasladaron a la calle Sanahuja nació Teresa, que se casó con Juan Ramón Querol, y los dos hijos gemelos, Miguel Jesús y Vicente Manuel, que se casarían respectivamente con Bella Ramos y con Manuela Museros. La familia se trasladó finalmente a la Ronda Magdalena. Todas las uniones matrimoniales dieron el fruto de diez nietos y nueve bisnietos. Los nietos son Diego y Pau Ramia, Gemma y Mari Carmen Querol, Miguel Ángel, Ruth y Abel Tirado Ramos, con Clara y Berta Tirado Museros y Paula Tirado Alegre. Los bisnietos, Diego, Manuel, Marc, Candela, Sofía, Pau, Miguel, Martín y Balma. Bueno, ya es sabido que el Sequier Major o Síndic es un personaje clave en la nomenclatura de quienes aparecen en el Pregó, representando a personajes históricos o de la mitología casera, Tombatossals. Y la voz, el porte y la estampa de Micalet montado sobre un caballo dejó huella entre los pregoneros. Ocurrió especialmente en 1952, el año del VII Centenario. Castellonenses muy significados han intervenido también con éxito a través de más de sesenta años cantando o recitando el Pregó. Es un catálogo o relación mágica de nombres muy destacados. H