La normalización del nombre de la ciudad para adoptar el topónimo exclusivamente en valenciano, pasando de Castellón de la Plana a Castelló de la Plana, y de Grao a Grau, se debatirá en el pleno ordinario de este mes, el día 22, pero el anuncio realizado esta misma semana para iniciar la tramitación, salpicó el pleno extraordinario de presupuestos.

PP y Ciudadanos censuraron la intención del equipo de gobierno de normalizar el topónimo, mientras que el portavoz de Castelló en Moviment, Xavi del Señor, matizó que «no es un cambio» lo que se pretende hacer «sino recuperar el nombre de la ciudad».

El primero en sacar el tema fue el edil de Ciudadanos Manuel Paduraru, valorando que «a los ciudadanos les importa saber cómo se acabará con el paro, más que el cambio de los nombres de las calles o de la ciudad». Recogió el guante la popular Salomé Pradas, recriminando que «el bipartito no quiere invertir en la plantilla, prefieren hacerlo en el cambio de nombres, en quitar cruces o en contratar una y otra vez al Botifarra». Alusión ante la que el edil socialista Antonio Lorenzo replicó a Pradas que «de embutidos, mejor no hablar...». Carrasco insistió en criticar «la imposición lingüística y de símbolos que no nos representa a la mayoría». «Imponer el valenciano en el nombre de la ciudad no es una prioridad cuando es oficial su denominación bilingüe», manifestó al margen del pleno en un comunicado.