Tras más de dos horas de reunión, la directora y el coordinador del nuevo Plan General de Castellón, Consuelo Leal y Fernando Calduch, respectivamente, expusieron a los más de 60 asistentes al salón de Quatre Cantons, a grandes rasgos, el contenido del ordenamiento urbanístico de la ciudad diseñado para los próximos 20 años, que pueden consultar y alegar hasta el 21 de marzo. Tras una explicación teórica -demasiado técnica, según parte del público-, llegó el turno de las preguntas y con él, las consultas.

Dos de las zonas que, a priori, están siendo más sensibles a este ordenamiento, centraron las consultas: la Marjaleria y Crèmor. Por la primera preguntaron representantes vecinales de la asociación de la Marjalería y Plan En Trilles. Sus dudas principales -que no terminaron de esclarecer del todo-, eran qué pueden hacer y qué no pueden hacer en sus viviendas, tanto las que quedan en suelo urbano como las de no urbanizable, en sus distintas subclasificaciones. Los técnicos respondieron que en la Marjal, lo que se hace es «una foto fija, y dejarla congelada», es decir, intentar mejorar las condiciones de todo lo que ya está hecho. «Tras 10 años en vigor del plan especial, no se ha sustanciado nada. Era una idealización inviable y ahora lo que queremos es resolver problemas, entre todos, siendo realistas». Matizaron que el hecho de que el suelo sea no urbanizable no quiere decir que no se pueda hacer nada, e hicieron alusión a los planes de minimización de impacto para dotarse de los servicios básicos necesarios.

En cuanto a Crèmor, los vecinos recriminaron que no ven la forma de armonizar con los masets las 1.091 viviendas previstas en el Plan General, cuestionando si eso es desarrollo sostenible. También reconocieron que «no se fían» de lo que les dicen los técnicos y temen por el futuro de sus propiedades. Calduch y Leal les respondieron que se queda en área urbana la zona donde hay mayor ubicación de masets y que en el urbanizable hay que cohesionar y coser la ciudad. Les explicaron que están en una zona afectada por el crecimiento de la estación de tren, y que un bloque de viviendas que hay enfrente de la misma, «no se va a poder mantener». «El objetivo es mantener los masets, pero también hay viales previstos para dotar de servicios a todo el barrio», avanzaron.

VIVIENDAS AISLADAS // En la reunión también se abordaron otras problemáticas, con las de viviendas unifamiliares aisladas que ahora carecen de todos los servicios básicos, como en la zona de Tossal Gros. «La vivienda unifamiliar aislada se permite en muchos casos», dijeron los técnicos.