a empresa pública Aerocas y Edeis, que actualmente gestiona el aeropuerto de Castellón, han llegado a un acuerdo para rescindir el contrato que convertía a la firma francesa en la concesionaria, por lo que el aeródromo de Vilanova d’Alcolea pasará a manos públicas a finales del 2019. La clave ahora es qué administración se encargará del mismo. Pese a que el president de la Generalitat, Ximo Puig, afirmó ayer que la encargada será Aerocas, lo cierto es que hay una negociación con Aena y el Consell presionará para intentar que sea este organismo público que depende de Fomento quien finalmente se haga cargo.

Puig reconoció ayer la existencia de conversaciones entre la Generalitat y el Gobierno para buscar fórmulas que mejoren el «compromiso» de Madrid con el aeropuerto. «Veremos en qué términos se produce», añadió el president, pero como ya adelantó Mediterráneo en su edición del 19 de julio, los contactos para que Aena absorba la actividad del aeródromo castellonense hace ya varios meses que existen.

Por el momento, y con un año y cuatro meses de margen para el acuerdo con Fomento, la realidad es que la base provincial pasará a manos públicas después de que, desde el 2014, la Generalitat haya desembolsado 19,8 millones del máximo de 24,5 millones que fijaba el contrato con SNC-Lavalin (después Edeis) para los primeros diez años. Esta cifra, que ya incluye la partida del 2019, supone el 80,8% del presupuesto previsto, pero a ello habrá que sumar una cantidad relativa a este año y el siguiente para compensar el hecho de que el aeropuerto está abriendo sus puertas más horas de las fijadas en el acuerdo inicial.

UN CONTRATO INVIABLE // Junto a la merma de pasajeros, estos números hicieron llegar a los responsables del aeródromo a la conclusión de que el contrato era «inviable», según indicaron fuentes de la infraestructura. En el mismo sentido, Puig indicó que había una «falta de coincidencia de objetivos» con una Edeis que «pedía más dinero», algo que la Generalitat no estaba dispuesta a asumir.

El jefe del Consell aseguró que es una salida amistosa --no habrá indemnización para la compañía-- y «positiva» también en términos de gestión. Puig añadió que en los últimos años se ha conseguido «salir de la quiebra absoluta» y pasar de «un aeropuerto ridiculizado y que tuvo una gestión manifiestamente mejorable a buscar una solución de normalización». Asimismo, afirmó que el actual equipo directivo consiguió sacar a la base de Vilanova «de la quiebra absoluta, pues arrastraba una deuda de 150 millones» y reiteró su confianza en que puede ser «útil a la economía y la sociedad de Castellón» en un futuro próximo. H