La gestión del Xarxa Llibres mejora tras tres cursos de implantación. Así lo explicaron tanto desde la federación de asociaciones de padres FAMPA Castelló como los directores de colegios públicos.

Los títulos usados durante el curso 2017/2018 se recogieron durante la última semana de junio. «La Conselleria deja reponer un 10% de los libros que se han roto mucho, porque alguien los ha rayado o se han despegado hojas --señaló Alfredo Mercé, director del CEIP Gaetà Huguet y portavoz de la Asociación de Directores de Infantil y Primaria de Castellón--. Nosotros hacemos el pedido ya en junio y siempre tenemos que pedir tres presupuestos y con el más barato te quedas. En la primera semana de septiembre, antes de que vengan los niños nos los sirven». «Los profesores los forran y durante la primera semana del curso los solemos entregar todos», indicó.

La Conselleria da un importe que oscila entre 1.000 y 2.000 euros a un centro de dos líneas para reponer este 10% de los libros de tercero a sexto. «Si en lugar de un 10% en mal estado hay un 15%, se aborda en el consejo escolar, y si hay dinero se asume, pero lo normal es que no haga falta», añadió. Los escolares de 1º y 2º reciben un cheque libro que suele suponer unos 14.000 €», señaló. La presidenta de FAMPA, Silvia Centelles, explicó que «el bono asciende a 165 € y se da porque en esa etapa usan bastante fichas en el aula».

Mercé señaló que todos los centros públicos están en el Xarxa, aunque hay alguno privado o concertado que se niega. «En nuestro caso, de 480 alumnos, 465 han participado, solo hay 15 que no», indicó. «El primer año fue bastante jaleo, pero ahora es rápido, y la mayoría de directores pensamos que es un programa muy bueno para las familias», añadió. Al respecto, Centelles agregó que «las familias están contentas que no tienen que gastarse ese dinero. Cada año va mejor porque ya son tres cursos y es mucho más rápido», señaló. Incluso en algunos la entrega se hace en junio».

La implantación del Xarxa Llibres

Xarxa Llibres se implantó en 2015/2016, cuando se concedió a los padres un bono de hasta 200 euros para adquirir sus libros de texto. Al final de ese curso, los padres debían devolver los manuales para nutrir los bancos de libros el curso siguiente.