En la estación de Puerta de Atocha, en pleno centro de Madrid, cada día 90 personas cuidan de que todo salga a la perfección para los pasajeros del ferrocarril español. Entre ellos, los 16.000 viajeros de las líneas de Cercanías C5 y C6 que conectan 14 estaciones de la provincia de Castellón con València.

Pero no solo, en el centro de gestión operativo de Renfe (así se llama esta sala de control de los trenes españoles), tienen conocimiento «en tiempo real» de lo que sucede en todos los trenes de pasajeros del Estado… y también «de las ventas» en todas las estaciones, afirma el gerente de tráfico y operaciones de la compañía, José Espada.

Un total de 140 (entre los dos nuevos AVE por sentido, los dos Intercity, los Alvia, Euromed, Regionales y Cercanías --unos 90 entre las líneas C5 y C6--) benefician a la población castellonense. Entre todos, suponen poco más que un grano en la playa de trenes que gestiona la compañía en todo el Estado: 6.382 trenes diarios. Solo en AVE, cada día circulan 212 servicios, «la gran mayoría en los corredores Madrid-Sevilla y Madrid-Barcelona», afirma Espada.

EL PRIMER RETRASO

Así, en la sala de Puerta de Atocha se tuvo conocimiento inmediato de la avería en el cambiador de vía del tercer carril y del retraso del AVE inaugural en que iba el lunes el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Eso sí, desde allí no se gestionó el paso de los Cercanías que circulaban con retraso por la incidencia: «Eso compete a Adif, nosotros solo informamos al pasaje», remarca Espada. «Tenemos que informar desde que el tren está detenido y el porqué», concreta.

El experto gestor ferroviario sí resalta que, la nueva línea, en la que se ha implantado «un sistema de información distinto» para la comunicación entre los trenes y los centros de gestión, ha supuesto «una formación añadida: maquinistas, personal de acompañamiento…». Y ello se ha llevado a cabo «en aproximadamente dos meses, con un trabajo muy intensivo».

Ahora, de lo que se trata es de «gestionar la normalidad». Incidencias como la que hace unas semanas obligó a cortar durante cinco horas el Corredor en Vandellós por vientos de 120 kilómetros por hora no es lo habitual: «El éxito es que no tuvo mayores consecuencias».