El Gobierno no tiene claro cómo podrá poner en marcha las dos desaladoras de la provincia, la de Moncofa y la de Cabanes-Orpesa, cuyo mantenimiento cuesta a día de hoy más de un millón de euros al año a pesar de que no producen agua, como informó este diario. En la comparecencia de ayer en la Comisión de Medio Ambiente del Senado, la secretaria de Estado del ramo, María García, se mostró favorable de «buscar una fórmula que permita dar viabilidad» a ambas instalaciones.

Para ello el Ejecutivo central apuesta por «replantear los convenios» que Acuamed firmó en su día con los cinco municipios que debían abastecerse de su agua (Moncofa, Xilxes, Cabanes, Orpesa y Benicàssim). Con este fin, la entidad «trabaja con los ayuntamientos» en busca de esta solución «viable técnica, jurídica y económicamente», dijo García.

ideas de las localidades // Esto está en la línea de lo que desean los senadores de Compromís, Carles Mulet y Jordi Navarrete, quienes plantearon la pregunta al Gobierno sobre las previsiones de puesta en marcha de ambas plantas. Pero, a pesar de que se han celebrado «varias reuniones» --García citó la primera en «abril del 2017» y dijo que el pasado «día 13» recibieron «propuestas» por parte de los consistorios para los nuevos cálculos sobre el coste del agua--, aún no hay previsión de la puesta en funcionamiento. «Solo un Ayuntamiento» se ha negado a sentarse a negociar, dijo ayer María García: «El de Cabanes».

De momento, el Gobierno cuenta con un año de plazo para la puesta en producción de ambas antes de tener que devolver los más de 34 millones de euros que llegaron de Bruselas para la construcción de las plantas. Y eso en el caso de que no se vuelva a ampliar el plazo, algo que ya ha ocurrido en un par de ocasiones.

Y es que las plantas están en disposición de producir agua desde hace varios años. En el caso de la planta de Moncofa más de tres años, puesto que se concluyó «en noviembre del 2014», según apuntó la secretaria de Estado de Medio Ambiente ayer en la Cámara Alta. Para la instalación de Cabanes-Orpesa son casi dos años y medio, exactamente desde que se concluyó «en septiembre del 2015». «Actualmente las dos plantas están en condiciones de operar. No han entrado en funcionamiento por falta de demanda», concluyó García.