Prácticamente la mitad de las plantas de cogeneración de la industria azulejera castellonense

--en torno a la quincena-- encara la recta final de su vida útil a la espera de que el Gobierno central dé respuesta en breve a un sector que, en buena parte, condiciona su competitividad futura a la continuidad de un procedimiento mediante el cual se obtiene energía eléctrica y térmica a partir de gas. El Ministerio que dirige Álvaro Nadal, por su parte, ha decidido romper un periodo de silencio administrativo para reconocer que actualmente estudia el informe emitido por el grupo de expertos que ayudará a concretar la futura ley de cambio climático y transición energética y que, en sus valoraciones iniciales, se muestra a favor de renovar estas plantas, pero con tecnologías más eficientes.

Este comité de 14 expertos resolvió el pasado mes considerar que «ante el inminente fin de la vida útil de estos grupos de cogeneración, sí es previsible su renovación», por lo que «deberían poder participar y ser retribuidas por los servicios que presten al sector eléctrico, en pie de igualdad con otras alternativas diversas».

CUESTIÓN DE SOSTENIBILIDAD // Esta recomendación, según fuentes del propio ministerio, será tenida en cuenta finalmente por el Gobierno. Así, se señala que están estudiando diferentes alternativas «para dar continuidad a la actividad de producción eléctrica con cogeneración desde una perspectiva de eficiencia en costes y siempre que se garantice la sostenibilidad económica y financiera del sistema eléctrico».

El informe de los expertos, que ha sido muy bien recibido por la Asociación Española de Cogeneración (Acogen), supone un buen punto de partida para que la industria del azulejo pueda mantener sus altos niveles de eficiencia energética, con un rendimiento de entre 85-90%. Todos los gases calientes que produce se aprovechan y la energía eléctrica generada se utiliza en el proceso de producción y el resto se vende a la red. El ahorro en energía primaria que estas plantas aportan al sistema es superior al 10%, muy por encima de las recomendaciones de la Unión Europea.

Este sistema de aprovechamiento energético en el azulejo sufrió un importante mazazo hace cuatro años, con la decisión por parte del anterior ministro de Industria y Energía, José Manuel Soria, de eliminar el complemento de eficiencia y la bonificación de la que disfrutaba, lo que supuso al sector unas pérdidas en ingresos de más de 50 millones de euros anuales, tal como en su día informó la asociación de fabricantes de azulejos y pavimentos cerámicos Ascer.

Ahora el futuro de este modelo pasa por la implantación de una ley, hoy en fase de elaboración, que se será la que canalice la transición a una economía baja en carbono y respetuosa con el clima. Mientras el presidente de Ascer, Vicente Nomdedeu, recuerda que los «costes energéticos son una de las principales trabas para el sector que lo alejan de otros mercados más competitivos», desde el Ministerio se señala la importancia de crear escenarios que redunden en una disminución de los precios de la energía y posibilite una competitividad que beneficie a todos. Además, desde el Gobierno se recuerda que los peajes de acceso de electricidad llevan congelados 5 años consecutivos y los de gas, 4, de lo que se han beneficiado ya todos los consumidores.