El Gobierno impidió ayer poner punto y final al conflicto de la estiba. La patronal Anesco y los sindicatos llegaron a la reunión tripartita con un acuerdo bajo el brazo que, ante la incredulidad de los representantes gubernamentales, contentaba a ambos.

Pero, tras un receso, los representantes ministeriales (estaban los secretarios de Estado de Fomento y Trabajo) negaron la posibilidad de ratificar el pacto y señalaron que la única vía para cerrar el asunto es el decreto ley que el Congreso ya paralizó.

Según los representantes sindicales, el Gobierno ni siquiera ofrece ya el «instrumento normativo», como lo llamó el ministro de Fomento, para garantizar la continuidad de los trabajadores, ni las ayudas prometidas a las empresas para ello. Ante esto, el presidente del comité de empresa de Castellón, Ximo Pesudo, estalló: «Todo lo que ha dicho el Gobierno hasta ahora es mentira». La patronal Anesco, por su parte, pidió «reconducir a la mayor brevedad posible la situación».

El acuerdo vetado incluye una rebaja de hasta el 10% en los salarios, la continuidad de los empleos y diversas medidas para aportar flexibilidad en la estiba, así como capacidad de decidir de las firmas, como estas pedían.

Ayer Les Corts volvieron a pedir al Gobierno un acuerdo pactado. Votó a favor Podemos (que presentó la iniciativa), PSPV y Compromís, se abstuvo Ciudadanos y votó en contra el PP.