Apurando Sant Pere 2017. Las peñas vivieron a tope el último sábado de las fiestas marineras de Castellón, poniendo todas las cartas sobre la mesa y toda la carne en el asador de la diversión y el hermanamiento, abriendo las puertas a propios y extraños, que tomaron las calles del Grao.

La pujada al campanar, por la mañana, hizo sudar a más de uno para ver desde lo más alto de la iglesia de Sant Pere el skyline de la ciudad y el azul del mar con la plaza al frente, en una iniciativa que va sumando enteros año tras año. Con los toros como protagonistas, la jornada discurrió con tres citas ineludibles para los aficionados de toda la semana: la entrada y prueba matinal, con la ganadería La Espuela de l’Alcora, que no faltó a la cita tampoco por la tarde, en el Concurs de Ramaderies, aunque, para el desfile y entrada se contó con la salmantina La Glorieta y Zaballos. Además, el encierro de toros embolados del viernes se desarrolló sin incidentes, pues al final no hubo presencia de colectivos antitaurinos.

Pero no solo de bou vive Sant Pere. Los pequeños tuvieron actividades de animación; y los mayores, baile en La Panderola. Ya de noche, los dimonis de Botafocs del Grao y los Diables de Vilafranca del Penedès tomaron el centro en una apoteósica catarsis en honor al patrón en la XVII Trobada de Dimonis de Sant Pere.