Zombis, muñecos diabólicos, Maléficas, Monster High, piratas, ninjas, pero, sobre todo, vampiros y brujas para la noche más mágica del año, en la que no faltó quien se fabricó un disfraz de ébola. Halloween arraiga año tras año en Castellón y ayer, la provincia convirtió la tradición americana en propia, de Castellón a Vila-real, Vinaròs, Benicàssim, Nules, Peñíscola, Alcalà, la Vall y Orpesa, con desfiles del terror.

La capital de la Plana vivió la víspera de las ánimas por todo lo alto. Por la tarde, los Cazafantasmas se adueñaron de la librería Argot, en el marco del ciclo FantastiCS, mientras muchos colegios se teñían de telarañas y disfraces para disfrute de los pequeños. Calabazas y brujas en los escaparates y, en los locales de ocio, caracterizaciones muy logradas de los personajes más tradicionales del terror, sobre todo de ascendencia cinematográfica.

Destaca Marina d’Or, que abrió su fin de semana terrorífico con animación, en un aperitivo a su día grande, que será hoy; y la Vall, que convirtió sus grutas en un natural pasaje del terror. En Alcalà, el Grup de Xancuts Babarots celebró un pasacalles de Halloween y por la noche la fiesta se trasladó a Alcossebre. Informan X.F., J.M., E.S., B.R., J.C. y E.B. H