“Lo que está viviendo el pueblo palestino es una barbaridad, un genocidio”. “He perdido mucha gente, porque en Palestina no hay ninguna familia que no tenga muertos”. Son palabras de Kamal Kilani, un palestino de 34 años casado en Castellón que hace siete años que llegó a la provincia huyendo del conflicto palestino-israelí, para labrarse un futuro lejos de una tierra que ama desde la distancia y por la que sufre día y noche.

Los bombardeos de las últimas semanas, con continuos ataques que se cobran la vida de centenares de civiles no le dejan “ni dormir”. “Intento establecer contacto con mi familia en Gaza, pero la mayoría de veces no puedo, porque no hay electricidad, ni internet, ni agua, ni nada...”. “Los judíos lo tienen todo”, explica, desesperado. “A veces tengo la oportunidad de contactar con ellos y apenas puedo escucharlos por el fuerte sonido de los bombardeos”, relata. Impotente ante una situación que le sobrepasa, intenta luchar por los derechos de su pueblo desde Castellón. Con este objetivo organizó ayer junto a otros compatriotas una concentración en la plaza María Agustina, donde escenificaron el apoyo a Palestina.

Recuerda cuando tomó la decisión de salir de su país, de dejar a su familia y buscarse un futuro lejos de los suyos. “Tuve que elegir entre vivir o morir y elegí vivir. Salí de Gaza y me vine a Castellón, donde sobrevivo”. Eligió Castellón porque su “tío ya estaba aquí, trabajando como médico en el Hospital de la Plana de Vila-real”. “Desde aquí vivo el apoyo que nos ofrece este país para que tengamos unos derechos, aunque sean mínimos”.

El día a día, para Kamal, está siendo difícil de soportar. “Está todo muy complicado. Mi pueblo está desarmado frente a los judíos, que no responden a ninguna ley”. “Las fronteras están cerradas y ningún palestino se atreve a acercarse al mar”. “Nos están bombardeando sin importar nada, a niños, mujeres, ancianos..”. “Estamos bajo una ocupación, es una invasión y no tenemos nada, ni comida, ni medicamentos, ni nada, y las enfermedades están aumentando día a día”. “Hay sitios donde no se puede entrar en los que hay cadáveres desde hace varios días”. “Nos atacan en nuestra casa y no podemos hacer nada”, insiste.

DAÑO PSICOLÓGICO // Todos son víctimas, dicen, aunque Kamal muestra una sensibilidad especial con los más pequeños, con los niños, que dice “ningún psicólogo va a poder curar”. “Lo que están viendo es insuperable”. “Solo espero ver que un niño pueda ir y volver de la escuela sin problemas, eso significaría que vuelve la normalidad, aunque que creo que está muy lejos todavía”. H