Un sábado anterior, ha descansado en estas páginas el Instituto Francisco Ribalta, con motivo de la celebración de su centenario. Hoy viene aquí la institución Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de Castellón, que se constituyó el 20 de enero de 1901, otro centenario reciente. Ya es sabido que a finales del siglo XIX, los políticos liberales de la Restauración liderados por Práxedes Mateo Sagasta, crearon las Cámaras en España, aunque sigue funcionando la de Marsella, que data de 1599. Aunque entre nosotros fue un oficial Real Decreto de 1886 el que lo hizo posible, se dio por hecho.

Miguel Serrano Aparici ejerció como primer presidente, acompañado por los también castellonenses Fernando Gasset, Cayo Gironés, Gaetà Huguet e Hipólito Fabra. Desde entonces, han ostentado también la presidencia Carlos González-Espresati Chaparro (1901-12), José Simón Hernández (1912-23), Francisco Cazador Carpi (1923-28), Joaquín Sales Belenguer (1928-30), Gerardo Roig Vives (1930-31), Juan Peris Masip (1931-32), Pedro Sancho Julián (1932-36), Amadeo Ribó Simón (1936-37), Daniel Tirado Climent (1938), Juan Flors García (1938-39), Domingo Traver Escrig (1939-40), Federico Colomer Cervelló (1940-43), Luis Rodríguez Bajuelo (1943-47), Severino Ramos Feltrer (1947-68), Ricardo Gómez Armengol (1968-76), Ángel Mateo López (1976-86), Francisco Arenós Bort (1986-90) y durante la celebración del Centenario, Salvador Martí Huguet desde 1991, primero de este tiempo.

La llegada de Hermes

Las oficinas de la Cámara, a través de sus cien años, han ocupado locales en varias calles de Castellón. En las celebraciones de 2001 ya lucía espléndido su nuevo emplazamiento, que es el actual, en la avenida de los Hermanos Bou, cruce de la Ronda Este, junto a una hermosa rotonda con la estatua de Hermes, su reproducción a gran tamaño del original, que se conoce como el Hermes de Xilxes, que se conserva en el Museo de Burriana. Su reproducción es en bronce. Fue el Ayuntamiento de Castellón el que propició la rotonda y la estatua como homenaje a la Cámara. La original se encontró en 1966 en la población de Xilxes.

Muchas gentes de la provincia, los castellonenses en general y gran número de turistas y visitantes, se han acercado a contemplar y admirar la estatua y han sido bastantes las que se han interesado por su historia.

En nuestra comunidad hay también un Hermes de Elche y un Hermes de Sagunto. Los historiadores dan muchas referencias a la clámide, esa especie de capa corta que usaban los griegos y los antiguos romanos distinguidos para protegerse con cierta elegancia los hombros y la espalda. Así era.

Algo de historia

El notable erudito Norberto Mesado, me contó la historia del Hermes de Xilxes en aquel 2001 de su llegada a Castellón. Y me dijo que esta estatua mercurial fue encontrada en una partida rural de Xilxes conocida como L’Alter en donde se ubica una de las múltiples villas romanas que, en su época, daban escolta a la clásica Vía Augusta. Como signo de ostentación y cultura, estas villas digamos que altoimperiales, dedicadas a la producción de esa triada netamente romana del vino, el trigo y el aceite, tuvieron en su zona residencial el larario (en la casa romana, lugar destinado a rendir culto a los dioses lares) cuyas deidades servían para documentar el interés de los propietarios por el mito y la cultura griega en donde se dio culto, muy especialmente en Hispania y en la Galia, a Mercurio, esa deidad polifacética como pocas en el panteón romano.

La divinidad grecorromana Hermes-Mercurio fue esa juvenil mensajera por excelencia de los dioses olímpicos protectora de los caminos y los caminantes, del tráfico, de los cambios, de los juegos atléticos y del ganado, de la fecundidad. Lo cierto es que se veneraba a Hermes como el dios de la mitología griega, guía de viajeros y de los comerciantes.

Otros beneficios

También se atribuye al dios Hermes el descubrimiento del fuego, de la escritura y de la música, ya que inventaría nada menos que la lira y la flauta. Se nos presenta en este bronce con la más pura fisonomía clásica de dicción realista, soberbio trabajo digno de un muy acreditado taller de la entonces magna Grecia.

La estatuilla se encontró erguida, desnuda pero con la capa al hombro, la clámide. Llevaba también su propio simbolismo: el marsupio, el pequeño alado, es decir, a modo de la bolsa que tienen en la parte delantera del cuerpo las hembras de los animales, en donde llevan a sus crías hasta que completan su desarrollo con la estatua de ahora.

El interés de la pieza no solamente reside en el equilibrio de los valores visuales, su bien modelado anatómico naturalista o el casi perfecto cánon clásico, sino que es precisamente su excepcional estabilidad y conservación lo que convierten a esta estatua en bronce de Hermes en la mejor representación de cuanto se puede admirar en toda la península ibérica en su época y aún en la Europa cultural y artística.

Otros Hermes

Por su parte, la escultura de Sagunto es de mármol blanco, con coronas de flores y barba de rizos paralelos, de arte arcaico. Nuestro Hermes de Xilxes es hermoso de verdad. Como digo, en nuestra comunidad hay también un Hermes de Elche y un Hermes de Sagunto. La primera es una escultura encontrada en la cercanía de la Alcudia por Aureliano Ibarra Manzoni, que seguramente perteneció a una rica villa romana altoimperial y que en la actualidad se conserva en el Museo Arqueológico Nacional. Representa a Hermes sentado en una roca, algo reclinado, llevando la mano derecha al sombrero que se ha perdido. Se trata de una muy valiosa pieza de bronce romana.

La escultura de Sagunto se encuentra en el propio museo saguntino. Con coronas de flores y barba de rizos paralelos, de arte arcaizantes. Debe fecharse en el primer tercio del siglo II de nuestra era, en época de Adriano.

El interés de la pieza de Xilxes reside en el equilibrio de los valores visuales, su buen modelado anatómico naturalista o el casi perfecto canon de Policleto y su excepcional estabilidad.