La primera de las dos jornadas consecutivas de huelga que los estibadores llevan a cabo hasta este viernes para reivindicar la continuidad de sus empleos ya se deja sentir en la economía castellonense. Este miércoles, más de un millar de camiones de la provincia no pudieron trabajar. Son cifras de la Autoridad Portuaria (la patronal de transportistas no pudo facilitar el dato), la cual señala que, cada día, trabajan «una media de mil camiones en la dársena norte». Si se tiene en cuenta que estos días el flujo estaba siendo mayor debido al trabajo acumulado por el cierre del puerto durante el fin de semana; y que además hay que añadir la cifra de vehículos de gran tonelaje que cada día ejercen su labor en la dársena sur (casi específicamente para la carga y descarga de graneles sólidos), la cifra rebasa el millar.

Y es que este miércoles el tráfico al puerto, donde el 100% de la plantilla de estibadores secundó el paro, fue prácticamente inexistente. Sus instalaciones apenas percibieron un escaso goteo de camiones, a diferencia de lo que sucede habitualmente. Tanto es así que únicamente se desplazaron hasta Port-Castelló los chóferes que debían llevar a cabo trabajos en los almacenes de las empresas ubicadas en el puerto. En los muelles no hubo ninguna actividad de estiba y desestiba.

Con todo ello, el transporte castellonense puede perder durante cada jornada de las dos de huelga al menos «un millón de euros; y eso solo de afección directa», señalan desde una de las compañías que más camiones mueve en el puerto de Castellón. Y es que, aproximadamente «el 30%» de las plantillas de las empresas grandes se puede quedar sin trabajar estos días, máxime cuando hay cargas fuera del puerto pero vinculadas a él que no se pueden realizar. Varias operan casi exclusivamente en PortCastelló.

PÉRDIDA DE COMPETITIVIDAD

Si ya es complicado estimar el perjuicio que el paro acarrea a las empresas que trabajan directamente en el puerto, todavía es más difícil valorar el impacto en la economía castellonense. Preguntadas por este diario, fuentes de la patronal azulejera Ascer evitaron valorar el daño y se limitaron a reiterar la estimación de la semana pasada, cuando advirtieron del «negativo efecto» por la «pérdida de competitividad» y la «desconfianza» de los clientes. Desde entonces, PortCastelló ha cerrado durante el pasado fin de semana y ahora sufre 48 horas continuadas de huelga para reivindicar los derechos laborales de la plantilla de estibadores.

En cuanto al impacto en el propio puerto (para cada día de huelga intermitente la Autoridad Portuaria estimó la semana pasada unas pérdidas de 75.000 euros, como publicó este diario, por lo que ahora serían de al menos el doble), desde las terminales portuarias señalaron que esta situación «no se puede sostener durante mucho tiempo». Además de las pérdidas por no trabajar desde las 8.00 horas del miércoles hasta las 8.00 del viernes, a partir del viernes deberán luchar contra el «tapón» de trabajo que se va a acumular y al que deberán dar salida lo más rápido que puedan.