Ya no podemos más”. La junta directiva de la FAPA Castelló Penyagolosa, con Loli Tirado a la cabeza, --excepto Silvia Centelles del Pius XII de Vila-real, que acababa de incorporarse al ente-- presentaron ayer, y por sorpresa, su dimisión, al término de una asamblea extraordinaria tensa celebrada en Vila-real a la que solo acudieron 30 de las 250 Ampas.

Los puntos más importantes del orden del día eran decidir sobre si denunciaban a Fapa Valencia por las “injurias” de su presidenta, Eva Grimaltos, quien en una reunión estatal “aseguró que la castellonense no defiende la escuela pública, de calidad y en valenciano”; y determinar la permanencia o no en la Confederación Gonzalo Anaya, que también incluye a Valencia y Alicante.

En el primer punto, la asamblea desestimó emprender la vía judicial contra Grimaltos, a la cual ya se la citó en varios actos de conciliación en los juzgados de Valencia para que se retractase de sus declaraciones, sin que la valenciana rectificase. Cabe remarcar que la decisión contó con el beneplácito de la propia junta. Tirado aseguró que “personalmente no estoy a favor de litigar, sino de buscar puntos de unión”.

SIN RESPALDO // El momento más tenso llegó cuando la asamblea decidió aplazar la decisión sobre la permanencia en la confederación y sugirió la creación de una comisión de mediación, que exigirá explicaciones acerca del bloqueo a las propuestas de Tirado.

No obstante, al no recibir el apoyo de la asamblea, la presidenta y su equipo presentaron su renuncia. “La imposibilidad de trabajar en la confederación ha sido el detonante de la decisión, que me ha costado sudor y lágrimas”, defendió Tirado, quien llegó a derramarlas al explicar ejemplos de la discriminación sufrida.

Ahora, el futuro de FAPA Castelló es incierto. Por su parte, Centelles ratificó que: “Me informará sobre si soy la única que queda en la junta y luego valoraré si ejerzo o no el cargo de presidenta”. H