El conseller de Educación, Vicent Marzà, aseguró ayer que la derogación de la LOMCE «no debe suponer un caos político ni normativo» porque se basa en una modificación de la anterior ley. Es más, a su juicio, sería más bien «al contrario», ya que «los centros educativos volverían a una normalidad de la que nunca deberían haber salido», añadió, y mostró su apoyo a las reivindicaciones de la comunidad educativa, que se manifestó ayer.

Marzà aseguró que es una norma «retrógrada, que supone volver atrás en la enseñanza», matizó. El conseller consideró que es «normal que la comunidad educativa se manifieste» y pidió hablar «directamente con el ministro».