La planta de biodiésel de Castellón de Infinita Renovables, la primera instalación de estas características en la provincia, entrará en funcionamiento "a lo largo de enero". El dato lo ha confirmado el director general de la compañía, Rafael Lorenzo, a Mediterráneo, que ha podido visitar y conocer en exclusiva la industria, que se encuentra ahora en la última fase de construcción y "en pruebas técnicas", con resultados "muy satisfactorios".

La refinería de Infinita Renovables, en la que participa accionarialmente la empresa Isolux Corsan, se ubica en el extremo de la nueva dársena sur de PortCastelló, donde la compañía ha invertido desde febrero del 2007 hasta "160 millones de euros", un trabajo que ha incluido el relleno de los 65.000 m del espacio sobre el que se emplaza. La empresa ha creado "80 nuevos puestos directos, de los que el 90% son de esta provincia, y otros 200 indirectos".

La planta nace con vocación de ser un referente internacional. De hecho, sus 600.000 toneladas anuales --se fabrican en dos líneas de 300.000 Tm/año, la primera operará ahora en enero y la segunda en febrero-- la convierten "en la mayor instalación de Europa y una de las más grandes a nivel mundial". La elección de Infinita Renovables por Castellón no es casual. "La clave está en la competitividad, un factor que en nuestra industria viene de la mano de la logística y los rendimientos a escala", explica a Mediterráneo Rafael Lorenzo, quien subraya la opción que brindó el puerto por su excelente disponibilidad de espacio.

Es de destacar que "PortCastelló está geográficamente en un lugar estratégico, en el centro del arco mediterráneo y con unas posibilidades de conexiones magníficas tanto con el resto de puertos y refinerías de la costa española mediterránea como otros países del entorno".

Por ello, Lorenzo califica como "joya de la corona" al atraque se ha construido en la dársena, con capacidad para recibir a barcos de hasta 200 metros de eslora. Al año gestionará hasta 1,3 millones de toneladas entre descargas de materias primas para elaborar el biodiésel (aceite de soja procedente de Brasil y Argentina y de palma desde Malasia e Indonesia) y cargas de carburante con destino a Italia, Francia y Grecia, que consumirán el 50% de la producción. El otro 50% se comercializará entre las refinerías españolas, entre ellas BP, cuya planta está próxima a la de Infinita y que cuenta con conducciones directas.