La lideresa del Partido Popular de la Comunitat Valenciana (PPCV) y portavoz de la formación en Les Corts, la castellonense (de la Vall d’Uixó), Isabel Bonig, tiene muy claros sus objetivos y las líneas de trabajo a seguir para lograrlos. Completar la regeneración del PPCV de manera profunda y clara; hacer llegar a la sociedad sus principios y valores, así como poner de relieve lo que considera la total «falta de gestión» del actual Consell. Herramientas para volver a gobernar.

--¿Que le puede ofrecer usted al PP en la Comunitat Valenciana que antes no lo hayan hecho Eduardo Zaplana, Francisco Camps o Alberto Fabra?

--Cada presidente ofreció en su momento una cosa y ahí están los resultados. Ahora nos encontramos en un escenario que es completamente distinto y, desde luego, ya se ha producido una renovación profunda, que debe continuar. Se ofrecen nuevos tiempos, una regeneración combinando experiencia con juventud y una nueva forma de presentarnos ante la sociedad, porque evidentemente la sociedad valenciana ha cambiado.

--Cara al congreso nacional, Madrid ya ha aceptado su propuesta de hacer congresos asamblearios y propugna un sistema de doble vuelta para elegir al presidente ¿qué le parece?

--Hemos apostado por la participación de los militantes, y lo vamos a llevar a nuestros congresos locales, provinciales y regionales, y también al nacional. El sistema de doble vuelta es una novedad, lo hemos valorado positivamente y hemos introducido una enmienda que irá en la ponencia política, que es la posibilidad de hacer un congreso asambleario. Considerar a todos los militantes que así lo soliciten, se inscriban y estén al corriente de sus cuotas, como compromisarios y, por lo tanto, que puedan votar. Es un paso importante para dar mayor participación a los militantes, teniendo en cuenta que cada partido ha tenido sus formas de elección y que aquí se habla mucho de primarias, pero hay que ver realmente cuántos partidos están llevando a cabo esas primarias en el sentido de un militante un voto, en sentido estricto.

--¿Está de acuerdo con la propuesta de Javier Moliner de una tercera urna para las diputaciones? ¿Considera que puede prosperar en el congreso nacional?

-- Todo lo que sea dar participación a la gente, a mí me parece que está bien.

--¿Espera que Rajoy compense al PPCV con algún cargo importante en el partido, después del varapalo que supuso que ni en el gobierno ni en el segundo escalón figure ningún valenciano?

--Fue una decepción, pero también tiene algo bueno. Si no hay nadie en el Gobierno, también somos más libres a la hora de opinar y de decir lo que consideremos, porque al igual que hay cosas que nos parecen bien, otras no nos gustan y, desde una estricta lealtad, lo diremos. El PPCV va a pelear, como peleó en el caso del Gobierno, la presencia de valencianos en el comité nacional del partido, porque creo que es bueno. Si hay algo que aporta la Comunitat Valenciana, aparte de mucha riqueza y prosperidad, son muchos votos al Partido Popular, casi un millón en el peor de nuestros momentos. La recuperación del PPCV en apenas un año después de la pérdida de poder ha sido evidente, me consta que eso se valora, y ahora espero que se reconozca.

--Tras el congreso nacional vendrá el regional. Usted pidió en su día un congreso extraordinario o que fuese el primero después del nacional, sin embargo las fechas que se barajan (31 de marzo al 2 de abril) lo sitúan casi a la cola.

--Evidentemente, las circunstancias son como son. Nadie se imaginaba que íbamos a estar un año sin gobierno o en funciones y que se tuviesen que repetir las elecciones. Por eso ha habido que retrasarlo todo. El congreso nacional es en menos de los semanas y, si se convocaba el regional justo después, caía, o en fallas --y este año toca hacerlo en Valencia--, o en Magdalena, y hay una sensibilidad especial con las fiestas. Queríamos que fuese antes de Semana Santa. Lo importante no son las fechas, sino que ese congreso regional consolide la regeneración y el proyecto, y se haga un PP capaz de volver a conectar con los valencianos y ganar la Generalitat, los ayuntamientos y la Diputación de Valencia en el 2019.

--¿Si es reelegida presidenta, qué idea de partido tiene usted?

--Cuando yo asumí la presidencia el 28 de julio del 2015 ya se hizo una renovación profunda de todas las vicesecretarías. Ahora se adaptarán un poco y se apostará por caras nuevas que han estado en el partido durante mucho tiempo y, sobre todo, por la profesionalidad. El error que a veces se comete es no buscar a los mejores. Además, quiero un partido que vuelva a sus raíces. Yo soy mucho de principios y valores y creo que al PP le ha faltado ese alma de cercanía, a lo mejor por tantos años de gestión, por lo que hay que volver a los principios y valores en los que nosotros creemos. El valencianismo positivo y útil dentro del marco de España: primero la Comunitat y los valencianos, alicantinos y castellonenses; vertebrar el territorio, porque hay una gran desafección en esta comunidad, y es absolutamente necesario volver a unir a la gente para que crea en el proyecto común; y la libertad en todos sus campos. Es decir, el PP, sin complejos, apuesta por la libertad educativa, por la de economía de mercado, y la colaboración público privada. Esa es la única forma de salir adelante. Esos son nuestros principios, que vamos a defender a muerte, junto a un partido mucho más abierto y más participativo, donde se establezcan también algunas medidas y mecanismos para intentar evitar que los casos de corrupción vuelvan a repetirse o, por lo menos, estar atentos cuando haya indicios y tomar medidas para evitar que unos pocos puedan contaminar la labor de todos.

-La cita regional ¿servirá para cerrar la crisis del partido en Valencia capital?

--Sin duda Valencia es una pieza fundamental, Valencia y su área metropolitana, pero especialmente la capital, para conseguir la Generalitat. Pero llegará en su momento, habrá un congreso local donde participarán todos los militantes. Yo me voy a implicar mucho, como ya lo estoy en la ciudad de Valencia, pero, a partir de ahora, muchísimo más. No hay que olvidar que la Comunitat no es solo Valencia. Es importante, pero la Comunitat es variada, Vinaròs es Comunitat y Pilar de la Horadada es Comunitat, y no voy a cometer los mismos errores que Puig y Oltra.

--Ha mencionado usted la corrupción. Según el último informe del Consejo General del Poder Judicial, la Comunitat Valenciana registra muchos menos casos de corrupción que Cataluña, Andalucía o Madrid, pero parece que todo se concentre en la Comunitat y en el PP. ¿Ve usted algún interés por parte de alguien para que así sea?

--Lo fácil sería echar la culpa a otro, y decir que los demás tienen más corrupción, pero que nosotros la hemos tenido es un dato objetivo. Obviamente, 20 años de gobierno conllevan un desgaste y no todo el mundo ha estado a la altura. Sí que ha habido una intencionalidad de medios de comunicación y de la oposición de la señora Oltra, que ha utilizado la corrupción del PP para lograr una forma de desgastar que no habría conseguido a través de la gestión ordinaria, o de su actividad parlamentaria. Eso no es obstáculo para que nosotros reconozcamos nuestros casos, pidamos perdón, y busquemos fórmulas para evitar que vuelvan a producirse. No solo el PP, el resto también. Ahora están gobernando el PSOE y Compromís y parece que las imputaciones de Compromís, como la del señor Galiana, concejal del ayuntamiento de Valencia, no son prevaricación ni corrupción, cuando a alcaldes o cargos del PP imputados por prevaricación la señora Oltra pedía prácticamente su cabeza en sentido político. Esto de gobernar también tiene estas cosas, y la utilización de la corrupción se les está volviendo en contra. Ahora están probando su propia medicina.

--Y cara al futuro, ¿va a mantener la misma línea roja fijada hasta ahora respecto a la corrupción?

--Que los ciudadanos tengan claro que nuestra posición es de tolerancia cero a la corrupción, y que vamos a seguir tan implacables como hemos sido ahora. La situación ha cambiado, la gente espera otra cosa de sus políticos. O nos adaptamos o nos cambiarán. En los casos de corrupción se irán aplicando exactamente las mismas medidas que hasta ahora. Otro tema está en las cuestiones administrativas de gestión. Se establecerán en el PP organismos independientes dentro del propio partido para que puedan analizar todas las denuncias que salen, no solo en prensa, sino las de particulares. Algunas de estas denuncias son intencionadas y otras pueden tener una base.

--El PP nacional y el de la Comunitat Valenciana ¿fueron injustos con Rita Barberá?

--Es un tema complicado y difícil. Se tomaron las medidas que había que tomar en un momento muy complicado. Yo dije que me hubiese gustado que la desgraciada muerte de Rita Barberá hubiera servido para que, en general, todos, los partidos políticos y los medios de comunicación, planteásemos qué es información y qué es acoso, y también cuándo un político tiene que dar un paso atrás, porque su momento ha llegado o porque la presión es excesiva, y cuándo exigir responsabilidades. Desgraciadamente esto no ha servido. Ha sido una situación muy complicada, muy dolorosa, y hubo que tomar decisiones que, a veces, son muy injustas, pero hubo que tomarlas porque así lo exigía el momento.

--¿Qué diferencias sustanciales encuentra usted entre el actual gobierno bipartito y los ejecutivos de Camps o Fabra, de los que formó parte en su día?

--¿Las diferencias? Gestión, gestión, gestión, más gestión. Nosotros tuvimos mucha gestión, el actual no tiene ninguna. Mucha política y mucha demagogia.

--El PPCV está ahora en la oposición, pero es un partido con vocación de gobierno. ¿Qué propuestas constructivas aportan ustedes en su actual contexto?

--En febrero del 2016 le ofrecí al presidente Puig un acuerdo de gobernabilidad, sin exigirle nada a cambio, para que abandonara la radicalidad, porque el PSOE es de lo más centrado si tenemos en cuenta lo que hay a su izquierda, que es Compromís y Podemos, que es sectarismo en estado puro. Le ofrecimos apoyo sin fisuras en materia de financiación, un pacto por la educación, y otro para atraer grandes inversiones y generar empleo. A mí me gustaría que el PSOE, que está pactando muchas cosas a nivel nacional con el PP, tuviese una mínima deferencia con nosotros aquí, que somos el partido mayoritario. No ya con mi persona, que se rían a mí me da exactamente igual, pero sí con lo que representa el PP y, desgraciadamente, hasta ahora no lo he conseguido.

--Cuando se ha reunido con Ximo Puig ¿cuál ha sido la respuesta a estas peticiones?

--No responde. A pesar de ser los dos de Castellón, aunque él es más de interior y somos diferentes, de dos generaciones distintas, el es de Raimon yo soy más del FIB, pero la relación personal es buena. El problema del presidente Puig es Compromís y Podemos. A mí, que me gusta ser muy respetuosa con todos los partidos, me apena porque el PSOE tendría que saber cuál es su espacio y liderar la izquierda moderada. La señora Oltra lo que quiere es sacar un voto más que el PSOE para ser la próxima presidenta de la Generalitat. Ellos son perfectamente conscientes de que no tendrán mayoría absoluta, pero la necesitan, y lo sé porque yo vengo de un municipio -la Vall d’Uixó-- en el que el PP tiene que sacar siempre mayoría absoluta porque, si no, va a la oposición. A la izquierda hay dos cosas que la unen: el odio hacia nosotros y los sillones, el poder.

--Entonces, para usted, ¿es más enemiga política electoral Oltra que Puig?

--En estos momentos sí. Hay que reconocer que el presidente da la cara, sale, afronta los temas, y la señora Oltra se esconde y está en continua promoción personal de su persona. Prácticamente el primer año de gobierno se lo pasó en los platós de televisión, opinando sobre lo humano y divino. Le quema la gestión y ya hay alguna noticia de que no está a gusto en la Conselleria donde está.

--En todo caso, las encuestas dicen que Puig y Oltra son más conocidos que usted. ¿Qué va a hacer para revertir esa situación cara a los comicios del 2019?

--Pues jugar con sus mismas armas. Al final, te dan conocimiento los medios de comunicación, fundamentalmente la televisión, y nosotros empezaremos una campaña para estar en todas, algunas más amables y otras menos, pero hay que estar, porque debemos desenmascarar a la señora Oltra y a un gobierno del Titanic que tiene mucha palabrería, mucho gesto, mucho sectarismo, pero que de resolver los problemas valencianos, cero.

--Habla de medios de comunicación y de televisiones. ¿Cómo ve la futura RTVV? ¿Será también incómoda para el PP? ¿Estará en los plazos que dice el Consell?

--Veo complicado y difícil que esté en esta legislatura, pero a mí me gustaría que el señor Puig y la señora Oltra pidiesen perdón. El PP ha pedido perdón por muchos errores, nosotros cerramos Canal 9, somos conscientes, y nos pasó políticamente factura, pero ellos, que jugaron con los sentimientos de los trabajadores, que se comprometieron a abrir Canal 9 y a readmitirlos a todos... no lo hacen. Hoy Canal 9 sigue cerrada y sin readmisiones. Veo muchos problemas jurídicos y económicos. Un gobierno que se pasa todo el día llorando y quejándose de que no tiene dinero para cubrir los servicios públicos, la educación, sanidad y prestaciones, coloca como prioridad la televisión y, la televisión que se abra no será objetiva ni neutral, sino que será una arma de destrucción política contra el PP, no me cabe la menor duda.

--Y en materia de financiación autonómica, ¿cómo valora la posición del Gobierno?

--Que la Comunitat Valenciana está mal financiada es evidente. Yo he formado parte del Consell de Camps y del de Fabra, y sufrimos para cuadrar las cuentas y mantener todos los servicios públicos. No obstante, conviene recordar que este sistema de financiación viene del 2009, con Zapatero, y que el que siempre ha reclamado ha sido el PPCV y quienes han cambiado de posición son los hoy gobierno y antes oposición. Puig y Oltra piden ahora lo que nosotros pedíamos antes al Gobierno y jamás nos apoyaron. Y para ese cambio de modelo de financiación, desde luego, que se cumplan los principios igualdad, que los servicios públicos de educación, sanidad y prestaciones sean iguales para el vecino de Zamora, la Vall d’Uixó o el de Sevilla. Luego discutiremos, por ejemplo, lo de la armonización fiscal al alza, que no me gusta. Y, desde luego, no estoy de acuerdo con los impuestos de Puig y de Oltra de más de 800 millones de euros para pagar sus chiringuitos de colocaciones. En el presupuesto del 2017 hay 384 millones para crear agencias de colocación.

--¿Qué echa de menos de las políticas del Consell en concreto para la provincia de Castellón?

--Lo que echo de menos en toda la Comunitat y en Castellón es la concreción. No veo todavía donde se va a poner la estación intermodal y queda mucho por desarrollar en materia de transporte metropolitano. Nosotros hicimos el TRAM, ¿ellos qué proponen? A nivel turístico ¿cuál es su modelo? He escuchado al señor Colomer despotricar del aeropuerto de Castellón y en Fitur hablaba bien de él. Me alegro de que haya cambiado. Y en materia urbanística se impulsan instrumentos como el Pativel que limitan el desarrollo de la costa.