Tras su designación en la tarde del martes como la primera presidenta del PPCV, Isabel Bonig mantiene a Castellón en lo más alto de los populares autonómicos. Un día después de su nombramiento, y tras recibir numerosas felicitaciones, atiende a Mediterráneo.

--Primer día de trabajo como presidenta del PPCV y reunión en Génova. ¿Cómo ha ido?

--Se nos ha transmitido la importancia, los objetivos cara a las próximas elecciones generales y la necesidad del que PP esté en la calle explicando qué es lo que nos jugamos. Explicar que hoy nuestro país crea más empleo. Nos han pedido que hagamos mucha pedagogía, sobre todo de la parte social. Sin una buena economía no se puede mantener la parte social y eso es lo que hace el PP, crear economía para mantener lo social. La izquierda hace lo contrario, arruina el país y también la parte social.

--¿Y eso cómo piensa transmitirlo?

--Con la presencia en las calles, en los pueblos, en las fiestas, que se vea el PP. El PP no es un partido hundido, ni arrinconado, ni antipático, sino todo lo contrario. Tenemos sedes en los 542 municipios de nuestra Comunitat, todavía muchos alcaldes gobernando, muchos en la oposición, pero con un bagaje que utilizar. Y desde luego con una renovación importante que ya iniciamos, ha culminado conmigo y continuará.

-Aparte de las generales, ¿qué otros objetivos se marca Isabel Bonig a corto plazo?

--Cohesionar. Creo que el pasado martes, en la junta directiva, se dio una imagen de un PP unido, ilusionado, de un relevo, un acto de generosidad del presidente Alberto Fabra importante, de un paso atrás que no siempre se ve en política. Lo fundamental es volver a ilusionar a la gente. Y salir a la calle con mucho orgullo, con un discurso renovado, con los mismos principios y valores y desde luego con caras nuevas.

--Sobre esas caras nuevas, ¿qué cambios piensa llevar a cabo en la dirección del partido?

--No se va a hacer un cambio total y absoluto. Eso ya se verá en el congreso, pero si un relevo en los principales cargos. Hay que adaptar la organización a la nueva situación de oposición. Antes vendíamos la gestión del gobierno, pero ahora hay que vender la gestión y el proyecto del PP. Estoy pensando en equilibrios territoriales, con gente de las tres provincias, y también en gente joven. En el PP se ha producido un relevo generacional y es importante que en esa primera línea también se produzca. Que la gente vea que el PP ha captado el mensaje, sobre todo si lo comparamos con lo que tenemos enfrente, un señor que lleva 30 años en política.

--¿Y cómo piensa enfocar Isabel Bonig esta oposición a Puig?

--Ellos decían que rescataban a las personas, pero lo primero que han hecho es rescatar el poder y repartírselo. Hay una paralización de la Administración. Y la demagogia se les está volviendo en contra. Han dicho que eliminarían las secretarías autonómicas, las direcciones generales y mantienen la misma estructura e incluso la han incrementado. La oposición va a ser de colaboración en aquellos proyectos que sean buenos para la Comunitat, pero también una fiscalización estricta de su programa y, en tercer lugar, en plantear un proyecto, porque el PP sí tiene proyecto de gobierno, no como la izquierda.

--Por último, ¿en qué se diferencia Isabel Bonig respecto a sus predecesores?

--Al final lo importante es el proyecto, las personas pasamos. Puedo aportar mucha humildad, ganas de trabajar, sobre todo mucha pasión y convicción y principios. El orgullo de pertenecer a un partido. Dicen mis adversarios que eso es ser de derechas. Yo creo que la izquierda está muy acostumbrada a mantener su superioridad moral en temas sociales, participativos. Es el momento de que mi generación, que hemos nacido y crecido en democracia, podamos defender con coherencia e ilusión nuestros principios y convicciones que son tan buenos como los de la izquierda. H