Un año después de la entrada en vigor de la ley Antitabaco (el primer aniversario será, exactamente, el 2 de enero) los bares y restaurantes de Castellón han aprendido a vivir sin humo. Fue una ley polémica y muy discutida, pero, doce meses después, lo que está claro es que la normativa ha contribuido a que se fume menos. Bastante menos.

Los datos del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo hablan de que en este último año 60.000 españoles han dejado de fumar y, en Castellón, la cifra se estima entre 5.000 y 7.000 personas. Pero, además, la venta de cigarrillos se ha desplomado. De enero a noviembre se han comercializado en la provincia 36,4 millones de cajetillas de tabaco, un 18% menos que durante el mismo del 2010, cuando se vendieron 44,5 millones. En total, ocho millones menos.

Pero no todo el mérito es de la ley que prohíbe fumar en bares y restaurantes. La crisis también ha influido. Y no poco. “Muchos fumadores se decantan por otro tipo de productos, como el tabaco de liar, que es mucho más económico”, coinciden en todos los estancos consultados. De hecho, las ventas de este último producto apenas han variado y la única pata del negocio del tabaco que ha mejorado a lo largo de los últimos meses es el de picadura para pipa. Su precio es mucho más bajo, así que muchos han optado por utilizarlo como género para liar. De ahí que el volumen de ventas se haya multiplicado por siete este año hasta finalizar noviembre con 42.013 kilos vendidos.

CUMPLIMIENTO “EJEMPLAR” // Que la ley ha sido beneficiosa para la salud de muchos castellonenses lo demuestran también los datos que maneja Ahmad Khalaf, presidente de la Asociación para la Prevención, Control y Tratamiento del Tabaquismo Azahar. “El balance ha sido enormemente positivo y con un cumplimiento ejemplar en Castellón. De hecho, hicimos una encuesta que concluía que el 65% de los fumadores valoraban muy bien la normativa”, explica el doctor, que pide que no haya marcha atrás. “Lo importante es que cada año hay 54.000 españoles víctimas del tabaquismo. Eso no hay que perderlo nunca de vista”, dice.

Quienes en su día pusieron el grito en el cielo parece que ya se han acostumbrado a que no fume en el interior de sus negocios. La mayoría de los bares y restaurantes han optado por instalar terrazas, aunque si se pregunta a los empresarios continúan culpando a la ley (a la crisis, también) de la caída de la facturación en el último año. “Lo que está claro es que la norma ha perjudicado al sector y se habla de pérdidas que van desde el 5 al 40%, dependiendo del tipo de local. Las terrazas han ayudado y tenemos que agradecer la colaboración de los ayuntamientos”, argumenta Agustín Platillero, responsable de Restauración de Ashotur. H