La indefinición de la instrucción de la Conselleria de Sanidad sobre el consumo de cigarrillos electrónicos en centros sanitarios, educativos y dependientes de Bienestar Social llena de dudas a médicos, enfermeros y profesores. Y es que Sanidad solo desaconseja su uso en centros de salud, hospitales y colegios públicos, pero no lo prohibe, ya que espera instrucciones del Gobierno central al respecto.

De momento, el departamento de Ana Mato, a pesar de que la moda de vapear se impone con fuerza, no mueve ficha a expensas del dictado de Bruselas, que guarda silencio Por tanto, mientras el Gobierno no define la normativa, la Conselleria ha enviado a los centros una circular en la que “recomienda --que no prohíbe-- a los posibles usuarios del cigarro electrónico las mismas condiciones de uso que afectan a los productos de tabaco”.

Ahora será decisión de cada centro cómo informa sobre la recomendación. En principio, se hará con carteles informativos y a través del personal, especialmente, los vigilantes de seguridad.

DESCONCIERTO // Los profesores no lo tienen claro y apelan a una “indefinición” de la instrucción. Mientras el presidente de la Asociación de Directores de Primaria de Castellón, Victorino Bartoll, lo interpreta como “una prohibición, pues dice que se aplique la misma vara de medir que con el tabaco, que está completamente vetado en los centros”; en Secundaria, Josep Martí apunta a que “es una recomendación”, y apunta a que “podría regularse mejor, de una forma más concreta”.

En este sentido, el portavoz del sindicato médico mayoritario CESM-CV, Andrés Cánovas, aseguró desconocer las directrices, aunque criticó que la prohibición “no sea expresa”. De igual modo, se pronunció el presidente del Colegio de Enfermería de Castellón, Francisco Pareja. H