La situación de infrafinanciación histórica que padece la Comunitat Valenciana, un problema del que ya nadie duda, le cuesta a la provincia de Castellon en torno a 150 millones de euros, que deja de ingresar para inversiones y servicios, según estimaciones de la Conselleria de Hacienda.

La menor llegada de dinero público supone un lastre para el crecimiento de la economía castellonense, un hecho que tiene visos de mantenerse en el tiempo por la constante dilación por parte del Gobierno de España en la activación de la reformulación del modelo para la financiación de las comunidades autónomas, que debería haberse producido ya en el ejercicio del 2017.

A esta infrafinanciación se suma el concepto de infrainversión, cuya evolución y efectos son similares, ya que la ejecución de las partidas que incluyen año a año las cuentas nacionales se cumplen solo en parte. Esta semana se debaten en el Congreso las enmiendas a los presupuestos del Estado del 2018 que, en esta ocasión, plantean un gasto por castellonense de 245 euros, más alto que la media. Falta saber cuánto se ejecutará.