Cuando se cumple un mes desde que Escal UGS afirmó que había parado la extracción de gas y 20 días desde que el Ministerio de Industria ordenó paralizar la actividad en el almacén de gas subterráneo del proyecto Castor, situado frente a las costas de Vinaròs, los seísmos en la zona siguen produciéndose. Los últimos, el pasado martes, cuando el Instituto Geográfico Nacional detectó desde las 6.15 hasta las 21.16 horas tres nuevos terremotos de baja intensidad en el Golfo de Valencia, el mayor de magnitud 2,2 en la escala Richter. Y se seguirán produciendo durante, al menos, un mes más.

El ingeniero de Yacimientos y profesor asociado de la Escuela de Ingenieros de Minas de Oviedo, Isaac Álvarez, experto en geotécnica y uno de los ponentes en una mesa redonda que se celebró esta semana en el Instituto de Ingeniería de España, en Madrid, para analizar analizaron el lunes en el Instituto de la Ingeniería de España la posible vinculación del almacén de gas con los sismos detectados en la costa de Castellón, explicó a este periódico que “hasta que se produzcan los asentamientos necesarios, se seguirán generando más movimientos y la tendencia es que transcurran aún tres ó cuatro semanas”.

Una previsión con la cual coincide el profesor de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Zaragoza y miembro del Comité Científico de la Sociedad Geológica de España, José Luis Simón, quien asegura que “la reacción en cadena difícil de controlar y también en cuanto al tiempo: la inestabilidad puede prolongarse durante meses, podría ser que años”.

Respecto a la posible relación de la plataforma subterránea con los temblores, Álvarez propuso una teoría alternativa, según la cual la roca almacén podría haberse deteriorado por el CO2 existente en el antiguo yacimiento petrolífero, ahora utilizado como espacio para guardar el gas. Sin embargo, el catedrático y director del área de Ingeniería y Morfología del Terreno de la Universidad Politécnica de Madrid, Antonio Soriano, otro de los ponentes en la mesa redonda, consideró en el transcurso del acto poco probable esta hipótesis y afirmó que “hay muy poca duda de que los sismos están causados por la inyección de gas. El aumento de presión en la línea de rotura de la falla, si se incrementara este fenómeno, hace que se hunda ligeramente”. En el caso de Vinaròs, estima que pueden producirse terremotos de hasta seis grados, “pero la intensidad en tierra sería de cinco y no dañaría a las edificaciones”. H