Los toldos antirruido instalados en las dos calles de las tascas no se trasladarán a la zona de ocio nocturno de Lagasca. El concejal de Sostenibilidad de Castellón, Gonzalo Romero, admitió ayer lunes, durante la presentación de una nueva Jornada de la Naranja, que esta opción para intentar rebajar el ruido no se copiará dado que técnicamente es inviable. En las calles Isaac Peral y Barracas, las lonas ignífugas se sustentan en ambas fachadas dada la escasa anchura de las mismas. Esa peculiar imagen urbana no se dará en la zona urbana de Lagasca por razones que son evidentes.

La instalación de los toldos por parte de los empresarios de las tascas el pasado verano ha permitido rebajar los niveles acústicos diarios entre 5 y 6,5 decibelios, aunque no ha impedido que se prorrogue la declaración ZAS durante dos años más.

Las mediciones sonométricas realizadas los pasados meses de octubre y noviembre a instancias de la Asociación Castelló Sense Soroll arrojaron en Lagasca promedios de ruido nocturno de entre 68,4 y 72,5 decibelios, con picos de hasta 74,8. Al superar la barrera máxima de 65 decibelios, el consistorio se verá obligado a declarar el área como zona acústicamente saturada (ZAS) y arbitrar medidas de choque similares a las ya existentes en las tascas para rebajar los decibelios. El consistorio aún no las ha definido pero da por hecho que una de ellas será la prohibición de abrir nuevos locales de ocio y restauración con hilo musical. Será el informe técnico en redacción el que las concrete y en ningún caso se materializarán antes de verano por su larga tramitación.

Las medidas de la nueva ZAS deberán ser aprobadas en el pleno y sometidas a un proceso de alegaciones antes de su aprobación definitiva en otra sesión para su posterior entrada en vigor.

La zona de ocio de Tenerías se librará de la ZAS y se mantendrá su declaración como plan de acción zonal (PAZ). Los micrófonos instalados frente a los pubs Kche, Sixel y Particular Music Club arrojaron promedios de entre 55,8 y 62 decibelios.