El barrio de Maestría se convertirá en la primera «supermanzana» de Castellón, un concepto «a la vanguardia del urbanismo más innovador» y que se importa desde Barcelona, como avanzó ayer el edil de Ordenación del Territorio de Castellón, Rafa Simó, quien presentó el proyecto junto a la alcaldesa Amparo Marco.

Se trata de lograr un barrio «pensado para las personas», con calles «más amables», por lo que la renovación integral del mismo persigue fundamentalmente que sea «semipeatonal», señaló el concejal. Para ello, el equipo de gobierno de Marco ha concebido para Maestría un proyecto que, por importe de 1,6 millones de euros y que se debe adjudicar obligatoriamente este año (por lo tanto se ejecutará en el «2017»), remodelará los 67.500 metros cuadrados encuadrados entre los cuatro grandes ejes que delimitan el barrio y que canalizarán el tráfico de paso (la ronda Mijares y las calles República Argentina, Pelayo y parque del Oeste).

De esta manera, en el resto de calles ubicadas en el cuadrado que definen estas no se permitirá circular en el mismo sentido más de dos cruces seguidos para evitar excesos de velocidad al volante. Será así en las calles Félix Breva, Lepanto, Jorge Juan, Barrachina Arquitecto Ros, Vázquez de Mella y la plaza Juan Bautista Porcar, que albergarán una «reforma integral», según puntualizó el técnico Blas Jovell.

EN QUÉ CONSISTE // Esta incluye la renovación de las vías públicas con un tratamiento pensado para dar protagonismo al peatón frente a los vehículos: la plataforma será única, similar a lo que existe ahora en la calle Mayor, de manera que «aceras y calzadas están al mismo nivel y el asfaltado también tiene un tratamiento específico». También se van a habilitar pasos peatonales con rampa en aceras y pasos de calzada; a reordenar el espacio público para racionalizar la ubicación de infraestructuras, servicios y elementos complementarios de la urbanización (entre ello, se soterrará líneas eléctricas y telefónicas); ampliar los espacios peatonales, regularizar el trazado de las calzadas y plantar arbolado.

«Se trata de un cambio integral del barrio, en una zona donde se llevaba mucho tiempo sin invertir», señaló Marco. La intención del consistorio es que, si este proyecto, consensuado con los vecinos, resulta positivo, se extienda a otras zonas de la ciudad. Eso sí, ayer ni la alcaldesa ni Simó quisieron detallar dónde se podría extender la actuación.

Las obras durarán 10 meses y se adjudicarán antes de final de año, al estar incluidas entre las inversiones financieramente sostenibles. Por esto mismo, para ejecutarlas se contratará a «personas que lo están pasando mal», ya sean parados o víctimas de violencia machista, por ejemplo. H