La Conselleria de Sanidad está ultimando un decreto que prevé que en todos los edificios competentes del Gobierno valenciano, como institutos u hospitales, las máquinas expendedoras de bollería industrial y alimentos grasos se sustituyan por otras más saludables que vendan fruta fresca, pan integral, yogures bajos en grasas y sin azúcar añadido y frutos secos no fritos.

La nueva norma, de la que ahora se están estudiando las alegaciones presentadas, estipula que solo se podrán vender otros productos si la porción no supera las 200 kilocalorías y de este total las grasas no exceden el 35%. El reglamento pretende que, especialmente, los más jóvenes coman de forma más saludable.

Y es que los expertos en nutrición destacan la importancia de una alimentación saludable en edades tempranas y recuerdan que en España el exceso de peso infantil afecta a más del 40% de los niños.