A las puertas de una nueva campaña de arrastre, el sector pesquero provincial busca vías para reducir la tensión acumulada en verano. Las críticas, a principios de agosto, de la comisaria europea de Pesca, Maria Damanaki, a esta modalidad pesquera acabaron por desbordar unos ánimos que ya venían calientes de la primavera debido a la gran cantidad de inspecciones que la Administración venía llevando a cabo, en ocasiones ocasionando pérdidas económicas a los marineros y armadores legales.

Por ello, el comité ejecutivo de la Federación provincial de cofradías de pescadores se reunió el miércoles con responsables de la Guardia Civil para abordar las inspecciones y las vías para el cumplimiento de las normas y evitar sanciones. Y ayer mismo, representantes de la Federación se vieron con la jefa del área de dependencia de Agricultura y Pesca de la Subdelegación del Gobierno, María José Ramos, a la que trasladaron sus quejas.

inspecciones a bordo // Una de ellas es precisamente el hecho de que, cuando los inspectores de patrulleras de fuera de la provincia abordan las barcas en plena faena obligan a los pescadores a sacar las redes del mar, dejando de trabajar, con el perjuicio que ello conlleva (al menos 300 euros en gasóleo, según los marineros). Eso sí, los miembros de la Guardia Civil resaltaron que las patrulleras de aquí sí esperan a que sea el momento de recoger las redes para realizar las inspecciones.

Además de esta queja, los marineros trasladaron a la Benemérita un nuevo problema. Se trata del aumento de la pesca furtiva en el norte de la provincia, que “se está desmadrando”, asegura el presidente de la federación de cofradías, Miguel Castell. Se trata de jubilados, turistas, parados, etc., con pequeñas barcas, que “salen, calan las redes y venden directamente a los restaurantes”. Esto perjudica a las barcas de artes menores con licencia, al restarles zonas de pesca y capturas. Por ello, pidieron más vigilancia.

Respecto a la cita de ayer en la Subdelegación, tuvo un motivo principal: la petición de que las barcas de arrastre no tengan que enviar un mensaje mediante el diario electrónico de abordo con las capturas que llevan a puerto justo antes de entrar en él. No en vano, todavía están clasificando las especies y no saben exactamente qué cantidad traen de cada una. “Y el margen de error es del 10%. Si te inspeccionan después y las cuentas no salen, te pueden sancionar”, señala Castell.

La jefa de área, María José Ramos, se comprometió a trasladar esta reivindicación, que por otra parte llevan mucho tiempo esgrimiendo los marineros y no ha tenido respuesta positiva. Pero además estos le solicitaron que traslade al secretario general de Pesca del Ministerio, Andrés Hermida, la demanda de una cita para comunicarle el problema.

Esta es una de las peculiaridades de la pesca del Mediterráneo que la Federación provincial quiere transmitir al Gobierno. También la necesidad de que la normativa reconozca a la flota provincial (y a toda la del Mare Nostrum) como artesanal.

Además, últimamente ha surgido un nuevo problema: la proliferación del atún rojo, del que Europa permite muy pocas capturas. Esto provoca que, como depredador que es, esquilme los bancos de sardina y boquerón, capturas de la modalidad de cerco, e incluso rompan redes. H