La noticia sobre la vinculación de Benicàssim y el Rototom con la célula que atentó en Cataluña en el 2017 fue recibida con sorpresa en la localidad. Eso sí, su alcaldesa, Susana Marqués, dice confiar en el plan de seguridad que ya se puso en marcha tras los ataques en Barcelona y Cambrils, ya que «se mantiene el nivel 4 de alerta antiterrorista».

Además, destaca que la localidad es «segura» para vecinos y visitantes, ya que el municipio fue «pionero» a la hora de incorporar elementos disuasorios como maceteros, vallados y vehículos cruzados» para impedir posibles atropellos masivos. Esto no solo se hace aún durante los festivales sino también en el paseo marítimo y otras zonas del municipio.

Marqués añade que el consistorio trabaja con los diversos cuerpos policiales «para que la seguridad sea uno de los puntales importantes en cuanto a la llegada masiva de personas», tanto coincidiendo con el Rototom como con el FIB.

La junta de seguridad para el Rototom todavía no tiene fecha definida, según confirman desde la Subdelegación del Gobierno. Asimismo, fuentes policiales explican al periódico Mediterráneo que durante el Rototom 2017 no tuvieron conocimiento de que los yihadistas tuvieran el festival como objetivo.