Investigadoras de la Universitat Jaume I (UJI) de Castellón han lanzado un proyecto de micromecenazgo para financiar una investigación innovadora, cuyo objetivo básico es frenar la enfermedad del alzhéimer, usando técnicas de biotecnología e ingeniería de nanopartículas.

Esta iniciativa se ha realizado a través de Precipita, la plataforma especializada en promover la financiación colectiva de la ciencia creada por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad y cuya dirección en internet es https://www.precipita.es/proyecto/biotecnologia-para-combatir-el-alzheimer.html.

La directora del Grupo de Neurobiotecnología, la profesora de Anatomía Ana María Sánchez, explica que su proyecto inicia una línea de investigación novedosa desde el punto de vista técnico y conceptual, ya que plantea «la fabricación de partículas víricas no dañinas, mediante técnicas biotecnológicas para conseguir estudiar la muerte neuronal en los estadios iniciales de la enfermedad del alzhéimer y restaurar las proteínas dañadas para frenar su curso». La especialista añade que, fundamentalmente, «la meta es avanzar en la terapia génica que limite el proceso degenerativo de las neuronas». «Para ello, en colaboración con la Universitat Politècnica de València, construimos vectores biológicos, derivados de virus, y los combinaremos con biomateriales naturales, para mejorar el acceso al cerebro de las moléculas que pueden frenar el deterioro cerebral», concreta.

Durante tres meses

El proyecto Biotecnología para combatir el alzhéimer estará en activo durante los próximos tres meses en la plataforma Precipita y pretende lograr una meta óptima de 25.000 euros.

El citado trabajo, que forma parte de una de las líneas de investigación que desarrolla el Grupo de Neurobiotecnología de la UJI, tiene como misión contribuir al conocimiento del funcionamiento óptimo cerebral y las consecuencias que se derivan de procesos crónicos inflamatorios. De hecho, sus objetivos son transversales y, en consecuencia, aplicables a otras enfermedades y alteraciones neurológicas y psiquiátricas de carácter inflamatorio.

Para Sánchez, su proyecto «quiere contribuir a desarrollar una terapia nueva que promueva la regeneración neuronal e inhiba la muerte celular, y en el futuro trasladarlos para recuperar a pacientes con alzhéimer y extenderlo a otras enfermedades neurodegenerativas».