Sin capturas. Así terminó ayer la caza de jabalís en el Desert de les Palmes para atajar el problema de superpoblación que padece este parque natural. El Club de Cazadores La Muntanya de Borriol fue el encargado de llevar a cabo los trabajos, tras obtener los permisos de la Conselleria de Medio Ambiente, que llevaba dos años sin autorizar una práctica de estas características.

El delegado de Caza Mayor de la Federación de la Comunitat, Leonardo Gil, explicó que los cazadores avistaron un grupo de jabalís, aunque no lograron capturar ninguno. El hecho de no haber abatido ningún animal pudo deberse a diversas circunstancias. Por una parte, estuvo la complicada orografía del terreno, una zona del Desert más cercana a Borriol y, por otra, el tipo de método empleado, el gancho, que requiere menos personas y animales que las tradicionales batidas.

En el gancho se utiliza un máximo de cuatro grupos de perros y 15 esperas. Se trata, según explicó el director territorial de Medio Ambiente, Antonio García, de una especie de minibatida. Los resultados de ayer dejaron constancia de que el método empleado puede no ser el más efectivo para poner fin al problema. Además, los cazadores siempre han defendido que con las batidas se logran mejores resultados.

García indicó ayer que en los próximos días analizarán los resultados del informe que han elaborado los cazadores al respecto y estudiarán las medidas a llevar a cabo a partir de ahora. El responsable de Medio Ambiente en Castellón ya explicó días atrás que no será la única actuación que se realizará en los próximos meses en el Desert, ya que una empresa privada se ha ofrecido a realizar una prueba gratuita con jaulas-trampa con las que se atrapan ejemplares para, posteriormente, sacrificarlos o trasladarlos a aquellos lugares donde no haya sobrepoblación.

El informe realizado meses atrás por la propia Conselleria de Medio Ambiente calculó que en el Desert existen cerca de 750 jabalís, lo que supone una densidad poblacional cinco veces superior a la recomendada. La acción de estos animales, que también se detecta en otras zonas de la provincia, provoca daños en los cultivos, según denuncian los agricultores, además de accidentes de tráfico al ocupar viales.